Baile de San Roque (Calamocha)
El baile de San Roque es la tradición más diferenciada vigente en la comarca del Jiloca, que caracteriza las fiestas patronales de Calamocha en honor a la Virgen de la Asunción y San Roque, celebradas del 14 al 18 de agosto. En el año 1885 la villa sufrió una epidemia de cólera y le ofreció al santo un baile por su protección, donde se incluyen comentarios y ruegos en forma de poemas llamados “dichos”.
Tres veces se baila al patrón: el 16 de agosto, día de su fiesta, el 17, día de San Roquico y al domingo siguiente, cuando se devuelve la imagen a su ermita. Los bailadores, vestidos de blanco con la faja roja, se colocan en dos filas, de mayor a menor edad, delante de la imagen en la procesión, y cada uno de ellos baila al son del tambor con el que tiene delante, con el que va detrás y con el de enfrente, que es su pareja y con el que se cambiará de fila. El baile y la procesión se interrumpen cuando alguna persona quiere pronunciar un dicho: se acerca al bailador que lleva el palitroque o bastón ornamentado con cintas de colores, caracolas y calabazas de peregrino, lo coge y lo levanta, se hace el silencio y entonces el dichero inicia su crónica sobre algún aspecto de la actualidad de la villa, más o menos crítica, sobre las fiestas u otros temas, dirigiéndose al santo, al que terminará pidiendo ayuda antes de despedirse de él.
La música, de raíz popular, es una adaptación realizada a finales del siglo XIX por Manuel Marina, quien introdujo algunas variaciones para que se pudiera tocar con tambor y dulzaina, pero también con una banda de música.
Ha sido declarado Fiesta de Interés Turístico de Aragón con fecha 30 de mayo de 2012.