Barrachina
Barrachina es un muncicipio de la provincia de Teruel en la comarca del Jiloca.
En la Edad Media y Moderna, hasta el siglo XIX, formó parte de la antigua Sexma de Barrachina, en la Comunidad de Aldeas de Daroca.
Medio natural
Se sitúa en la confluencia del arroyo de Nueros y del río Pancrudo en una zona donde el valle se amplía, permitiendo el desarrollo de una amplia huerta, en la que aparecen hileras de chopos y masas de carrizo. La mayor parte de los relieves se han modelado en los yesos, margas y calizas miocenas del sector suroriental de la depresión de Calatayud-Montalbán, a través de los cuales discurre el valle del Pancrudo.
Aprovechando los materiales gipsófilos encontramos un matorral degradado típico de estos sustratos, con lastón, albada y asnallo. Destaca la presencia de un rodal de quejigos al sur del núcleo de población, en torno al barranco de Barrachina.
Demografía
El mayor número de habitantes los alcanza en 1910, con 722 vecinos.
Variación demográfica del municipio entre 1990 y 2023 | |||||||||||||||||
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Año | 1900 | 1910 | 1920 | 1930 | 1940 | 1950 | 1960 | 1970 | 1981 | 1991 | 2001 | 2004 | 2010 | 2015 | 2021 | 2022 | 2023 |
Habitantes | 697 | 722 | 658 | 655 | 635 | 648 | 549 | 328 | 239 | 200 | 154 | 164 | 167 | 133 | 113 | 116 | 120 |
Además de la propia localidad, la población residía en masadas y caseríos cercanos. En los censos de los años 1860, 1940 aparecen los siguientes asentamientos humanos dispersos:
- fábrica de los Barrancos
- batán de Julián Justo
- batán de Miguel Justo
- molino de Martín
- molino de Tejada (o de los Garcés)
- molino de Bernal
- Masada del Brínculo
Algunos datos de su historia
Patrimonio arquitectónico
A nivel de la arquitectura religiosa se pueden destacar los siguientes elementos: Iglesia parroquial, la ermita de San Ramón y el peirón de Santa Ana.
La arquitectura civil también es muy interesante, con la presencia de un trinquete, la conocida como casa Bayo, un ejemplo muy interesante de casa popular y un reloj de sol.
En lo que afecta a la arquitectura del agua, el valle del Pancrudo se ensancha en Barrachina, permitiendo la aparición de sendas acequias por las márgenes del río que permiten incrementar los regadíos e instalar fábricas hidráulicas. El nivel de agua aumenta considerablemente gracias a las aportaciones de los manantiales denominados río Cosa y río Godos. Estos manantiales permiten incluso la aparición de pequeñas acequias ligadas a los arroyos para desviar sus aguas a zonas cercanas. También se puede destacar por su importancia la rambla de Nueros, que en su tramo final atraviesa la localidad de Barrachina, y la acequia Hondonera un poco más al norte.
- Molino harinero de Garcés
- Fábrica de harinas
- Prado Bajo
- Molino harinero de Bernal
- Fuente de la plaza
- Relojes de sol
Dentro del abanico de industrias que la población desarrolló a finales del siglo XIX y principios del XX, hay ya desaparecidas: fábricas de harina, dulces y chocolates, destacando la de Lorenzo Catalán, que bajo la marca “Chocolates Popeye” perduró hasta 1956.
Ayuntamiento y Municipio. La administración local
El municipio tuvo su origen en la Reconquista, apareciendo citado por primera vez en el año 1205. Fue Aldea de la Comunidad de Aldeas de Daroca, dando nombre a una de sus sesmas. En 1833 fue adscrito al partido judicial de Montalbán y desde 1965 al de Calamocha. En el año 2003 se incorporó a la comarca del Jiloca.
Los fondos documentales del Ayuntamiento se han guardado siempre en el Archivo Municipal de Barrachina.
Además del Ayuntamiento, podemos destacar otras instituciones públicas como el Juzgado de Paz y la Cámara Agraria Local, sin olvidarnos de la Notaría que hubo en la localidad antiguamente.
El Asociacionismo. La sociedad civil
Como sucede en el mundo rural y, especialmente, en los pequeños pueblos, la mayor parte de las agrupaciones de vecinos tienen un carácter religioso: Hermandades, cofradías, etc. La asociación religiosa principal es la Parroquia de Nuestra Señora de la Asunción, que agrupa a todos los fieles de la localidad.
Encontramos también algunas comunidades de regantes, sociedades, cooperativas y grupos sindicales relacionados con el trabajo agrícola y ganadero.
A partir de 1978, con la nueva Constitución española, se fomentaron las cooperativas y asociaciones culturales, apareciendo entre otras:
Linajes y personajes
Han sido varios los linajes que se han vinculado de un modo u otro a la localidad:
La relación de los vecinos que han destacado en alguna faceta de la vida no es muy extena, pero merece la pena destacarlos:
- Blas de Castro, Juan
- Cañada, Simpliciano
- Sancho Monreal y Polo, Francisco
- Sancho Monreal y Ascoz, Miguel
- Gómez Anaya, Andrés
- Ascoz, Jusepe de
- Parrilla Rolíndez, Modesto
Fiestas, costumbres y gastronomía
La localidad ha mantenido las dos celebraciones tradicionales de invierno y verano:
- Fiestas de invierno 19 y 20 de enero en honor a San Fabián y San Sebastián.
- Fiestas mayores 26 de julio en honor a Santa Ana
El pueblo acude en romería a dos santuarios de arraigada devoción popular:
- Romería a la Virgen de Pelarda, en Pascua de Pentecostés.
- El Día del Sitio a la Virgen de la Langosta, en Alpeñés.
A la ermita de San Ramón Nonato, cercana al lugar, se va el Domingo de Ramos rezando el vía crucis y el 31 de agosto, festividad del titular.
Se siguen bendiciendo los términos desde el peirón de Pedro Mocho (San Pedro Mártir) y las casas el lunes de Pascua.
En lo que respecta a la música popular, según aparece recogido en el Archivo de música popular de ADRI, el municipio es partícipe de las romerías a los Santuarios de La Pelarda y de La Langosta. Musicalmente se relaciona con los dos ámbitos. Tuvo gran arraigo la tradición del Dance del cura, que según unas opiniones sería una variante del baile del reinau, tanto en música como en coreografía, y según otras tendría una estructura musical de jota. Se bailaba el 19 de enero, víspera de la fiesta mayor, y lo iniciaba el cura del pueblo con la moza de su elección; después se añadían las autoridades. Un acuerdo municipal cambió los festejos en 1932, y el baile del cura acabó perdiéndose antes de la Guerra Civil. Para estas fiestas se contrataba al gaitero de Cutanda, Casimiro Anadón Simón, el Tío Caramba, o en su lugar al gaitero de Torrijo (José Martínez, llamado Tío Lalo) o a Félix de Lanzuela. El lugar del baile era el llamado Campo del Chopo. A partir de 1932 se contrató en lugar de los dulzaineros a músicos de la Banda municipal de Calamocha.
En Barrachina se recuerdan los músicos que estaban activos a finales de los años 40: Marcelo Ascoz, violín (lo compró a unos húngaros que actuaban con osos y monos hacia 1940); José Garcés Beltrán, Pepe (n. 1930), bandurria; Francisco Ascoz, guitarra. Tocaban para el baile, en el café; a veces se celebraba con gramófono. Además se recuerda que con frecuencia llegaban al pueblo músicos gitanos ambulantes.