Carnavales (Rubielos de la Cérida)
Los carnavales en Rubielos de la Cérida duraban 3 días y la gente mayor recuerda que "eran unas fiestas muy buenas". También se celebraba el jueves lardero, y recuerdan que las mujeres llevaban al horno un bollo en el que metían un huevo duro y un trozo de longaniza: se hacía un hoyico en la masa y unas trenzas para sujetar el huevo y la longaniza.
Las conocidas como "moras" (madamas en otras localidades), eran mujeres que se vestían con sayas gordas, mantones y pañuelos en la cabeza. Se ponían unas cubiertas (colchas) bonitas en la cabeza y a veces también pantalones y la cara tapada para que no las conocieran.
Las "mascaras" eran personajes vestidos con unos sacos y esquilos, así como caretas para no ser reconocidos. Había caretas feas y menos feas, las primeras daban mucho miedo y algunas representaban animales, como el choto. Las mascaras siempre eran hombres, generalmente mozos, que se dedicaban a encorrer y a pillar a los chicos, dándoles con una vara. A los demás, los adultos que se encontraban a su paso, les manchaban la cara. Recuerdan que la mascara del tio Benito era muy famosa y que el tio Saturnino y el tio Antón, su padre, eran los que más se disfrazaban, pellizcaban a la gente, la asustaban y eran temidos por la chiquillada.
Una vez recuerdan que desde la bardera los chicos insultaban y provocaban a las mascaras, pensando que allá arriba las mascaras no subirían. Pero, pese a la oposición de las mujeres que allí estaban, la mascara, con un timón de aladro subió y les dio candela. Los chicos les tenían mucho miedo y se escondían hasta debajo de la fregadera.
Uno de los disfraces era con un burro, eso era muy típico todos años se repetía.