Catalán de Ocón, Blanca

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Primera mujer publicista de la Historia de la Botánica Española. Aunque nació en Calatayud el 22 de agosto de 1860, a todos efectos se consideró siempre originaria de Monreal del Campo, donde había nacido su padre Manuel Catalán de Ocón y Corral, quien en segundas nupcias casó con Loreto de Gayolá y Casanovas, nacida en Sant Pau de la Calzada (Gerona) el 26 de julio de 1839.

Tanto Blanca como su hermana Clotilde recibieron una cuidada educación en el seno familiar y en colegios en Monreal del Campo primero y luego en Teruel. Ambas de niñas tuvieron un especial amor a su Valle y a su naturaleza, que cantan y describen en su producción poética, interesándose Blanca especialmente por la flora y Clotilde por los Lepidópteros. Estas aficiones fueron cultivadas por las dos niñas con la observación directa, el auxilio de alguna literatura científica y el apoyo de naturalistas como Zapater, canónigo de Albarracín. A través de éste se comunica Blanca con el gran botánico sajón Mauricio Willkomm, que preparaba por esos años su gran “Prodromus Florae Hispanicae”, e intercambian sus retratos. En su juventud formó Blanca un pequeño herbario representando la flora del valle, cuyas plantas identificaba con el auxilio de claves como las publicadas por entonces por Gillet y Magne en su “Nouvelle Flore Française”. Entre las plantas recolectadas algunas resultaron ser nuevas especies, a parte de numerosas citas locales de muchas otras recogidas en las obras de Zapater, Willkomm, Carlos Castell, Carlos Pau y otros.

El 15 de octubre de 1888 se casó Blanca Catalán de Ocón y Gayolá de 28 años, con el juez de Cartagena Enrique Ruiz del Castillo de 36 años. Atrás iba a dejar definitivamente Blanca sus años en Calatayud, Monreal del Campo o Valdecabriel, así como sus aficiones botánicas. Destinado el esposo al juzgado de Vitoria, allí fallecería nuestra botánica el 17 de marzo de 1904.

Generalmente se ha creído que el único trabajo naturalístico que se conoce de Blanca vio la luz en las páginas de “Miscelánea Turolense” y, aunque carece de firma, con cierto fundamento se ha atribuido a aquel buen sacerdote. Efectivamente, bajo el epígrafe de “Botánica Turolense”, y con el título de Catálogo de las plantas colectadas por la Srta. Blanca de Catalán de Ocón en el valle de Valdecabriel, se citan los nombres científicos de 83 especies, con la nota a pie de página que dejamos en el encabezamiento.

Bien, lo que no es tan conocido es que el mismo artículo, sin la nota al pie, había aparecido ya, esta vez sí con la firma de las iniciales del autor, “B.Z.”, en un curiosísimo suplemento científico del periódico turolense “La Provincia” nada menos que catorce años antes, firmado en 1880. Con todo, en este mismo periódico el propio Zapater deja bien sentado el valor de los trabajos de nuestra botánica en los términos que siguen:

“La Señorita Blanca Catalán de Ocón hermana de la anterior (Clotilde), dedicada con especial afición a la exploración del mismo Valle de Valdecabriel, bajo el punto de vista botánico, se ha distinguido recientemente recolectando plantas muy notables, que ha presentado al mundo científico, admirablemente preparadas por su propia mano, y destinadas como están a enriquecer nuestra Flora Aragonesa, bien merecen ser consignadas en una lista especial.

El célebre botánico D. Mauricio Willkomm de nombre Europeo ha sabido hacer justicia al mérito y laboriosidad de esta ilustrada cuanto modesta joven, inscribiendo su nombre al lado de los principales colectores de plantas, en su Prodromus de la Flora Española, citándola con la siguiente frase latina que transcribimos y traducimos a nuestra lengua.

Blanca de Catalán de Ocón, puella robilis, quae plantas ad ipsa in Aragonia Australi prope Valdecabriel recentissimo tempore lectas auctori Willkomm misit.

‘Blanca de Catalán de Ocón, joven ilustre, que recientemente ha remitido al autor Willkomm plantas recojidas por sí misma, en Aragón Austral cerca del Valle de Valdecabriel’. Y el mismo célebre botánico Alemán, con su magnífica obra iconográfica de ilustraciones de la Flora de España e Islas Baleares, que ha principiado a publicar, representa en un fiel y correcto dibujo en su 1ª Lámina, al lado de la Draba Zapateri descubierta por nosotros en los estrechos peñascos de los ríos de Albarracín, la Saxifraga Blanca especie nueva y muy interesante descubierta por dicha Señorita”.

Parece pues evidente que la recolección de estas plantas corresponde a la joven Catalán de Ocón, y es posible también que el trabajo fundamental de las preparaciones debió ser suyo, si bien no sería de extrañar que pudiera haber contado asimismo con la colaboración de Bernardo Zapater.

Entre la muestra se encuentra una especie nueva para la ciencia, según reconoció en primer término el botánico de Castelserás Francisco Loscos Bernal, la Saxifraga Blanca Willk., publicada por Mauricio Willkomm y dedicada a nuestra Blanca Catalán de Ocón, lo que convirtió a esta joven monrealense en la primera mujer española publicista de asuntos botánicos, en inscribir su nombre en la terminología científica del ramo.

Repasando la correspondencia del botánico de Segorbe, Carlos Pau, nos encontramos con diversas cartas que se cruzó con Bernardo Zapater y Mauricio Wilkomm, que citan varias veces a nuestra naturalista. Una de las misivas del botánico sajón al sacerdote de Albarracín incluye la lista con la “Determinación de las plantas que cogió Doña Blanca en Valdecabriel”. En el “Supplementum ad indicationem collectorum plantarum in Hispania et Lusitania lectarum” del tercer volumen de la obra de Mauricio Willkomm y Juan Lange titulada “Prodromus Florae Hispanicae seu synopsis methodica omnium plantarum in Hispania”, publicada en Stuttgart en 1880 cita a nuestra botánica en estos términos en la página 984: BLANCA = BLANCA CATALÁN DE OCÓN, puella nobilis, quae plantas ab ipsa in Aragonia australis prope Valdecabriel recentissimo tempore lectas auctori WILLKOMM misit.

A su vez en el “Supplementum Prodromi Florae Hispanicae Mauritio Willkomm”, impreso asimismo en Sttutgart en 1893 se lee en el Prefatio, página VI:

… multas ab ipso vel a domina nobilissima BLANCA CATALÁN lectas benevole mecum communicavit. Hos viros sicuti omnes botanicos, qui hoc supplemento, “quod ultimum est opus a me de Flora hispanica editum” in determinandis plantis peninsulae ibericae atque in exploratione ulteriore florae hujus terrae ditissimae, cujus cognitio perfecta adhuc longe distat, uti velint, gratissimo animo rogo ut mihi meisque studiis de flora peninsulae benignan conservent memoriam. Scribebam Pragae mense Novembre 1893.

El propio Pau aporta nuevos datos biográficos de cuando indica en una de sus “Notas Botánicas” :

“64. Linaria Blanca. Pau... dedico esta planta a la señorita Blanca Catalán de Ocón, acerca de cuya persona me voy a permitir extractar las noticias que mi distinguido amigo D. Bernardo Zapater se sirvió comunicarme en 24 de Mayo de 1887. La causa o el motivo por el que la Srta. Blanca es aficionada a las plantas no consiste solo en que el Sr. Zapater la dio algunas lecciones de Botánica, sino en que su señora madre se educó en un convento de monjas de Suiza y allí adquirió conocimientos botánicos y aprendió a herborizar en aquellas montañas, en donde salían con frecuencia. Así es que la madre y la hija colectan plantas y conocen su importancia. Pertenecen a una familia ilustre, y pasan el verano y algunos años el invierno en un palacio que han construido en la Sierra. Lo restante del año lo pasan en Barcelona. No son personas vulgares, y la Srta. Blanca es muy renombrada por su belleza y por su talento. Siendo de notar que, aunque no tiene veinte años es muy modesta y juiciosa. Hasta aquí la carta de mi amigo, a la que no añado comentario de ninguna especie porque ignoro si aún estoy autorizado para publicarlo”.

Igualmente el gran botánico de Castelserás Francisco Loscos Bernal se hará ecó esos mismos años de los trabajos científicos de nuestra naturalista en su “Tratado de plantas de Aragón”. Veamos alguna de estas citas en las que queda de manifiesto que estudió plantas colectadas por Blanca Catalán:

“2601.- Saxifraga Blanca Willk., s.p. nov. hab. en Valdecabriel y Albarracín, escasa; 20 Mayo 1879 en flor. Se remitió al Sr. Willkomm en el concepto de especie nueva o muy rara; y no hemos podido estudiarla con acierto por la escasez de ejemplares; pero el citado autor ha suplido nuestra falta dedicándola a la memoria de la señorita Doña Blanca de Catalán de Ocón, muy aficionada el estudio de la Botánica en su posesión de Valdecabriel. Es esta plantita muy semejante a la Saxifraga granulata y probablemente de su misma Sección; pero bien distinta de ella por su tamaño, dos o tres veces menor… nombres de seis especies nueva para la Flora de Teruel, siendo las cinco últimas peculiares de cercanías de Albarracín, y la primera, que no hemos visto, de Valdecabriel (Blanca de Catalán), denominada directamente por el Sr. Willkomm. Albarracín y Castelserás, Octubre, 1879”.

Además de todas estas citas y referencias en la literatura científica, todavía conservan sus nietos una serie de recuerdos de Blanca Catalán de Ocón que confirman una vez más la importancia de sus trabajos. De una parte los libros científicos. Es el caso de la “Nouvelle Flore Française …” de MM. Gillet et J.H. Magne, París, 4ª ed., 1879. También el herbario “Souvenir des Aigues-Bonnes. Herbier de Botanique des plantes rares de la Vallée d’Ossau (Basses-Pyrenees) par Larrii”. Consta este herbario de 19 pliegos que contienen un total de 115 especies distintas, perfectamente dispuestas con etiquetas que incluyen el nombre científico, el nombre común en francés, así como el mes y el lugar de la recolección. Asimismo debió de disponer de la primera edición de la “Serie inconfecta plantarum” de Loscos y Pardo, pues la menciona en uno de los pliegos de su herbario.

Pero sin duda el documento más importante es el volumen que lleva por título Recuerdos de la Sierra de Albarracín. Herbario de botánica de plantas raras de Valdecabriel. B.C.O. que, como vemos, cierra con sus iniciales Blanca Catalán de Ocón. Sin duda se trata de la prueba más fidedigna que puede presentar un botánico a cerca de sus trabajos. Va encuadernado exactamente igual que el herbario del valle de Ossau, a un tamaño de 31 x 43’5 cms. Posteriormente las contrapoartadas de ambos cuadernos fueron decoradas con sendos paisajes por su esposo Enrique Ruiz del Castillo.

Como es de suponer consiste en un herbario convencional, con las plantas perfectísimamente preparadas en pliegos y cuidadosamente ordenadas por familias siguiendo una secuencia alfabética. Cada hoja lleva una letra que es la inicial de la familia a la cual pertenecen las plantas allí colocadas. La mayor parte corresponden a la lista publicada por Zapater en “La Provincia” y en “Miscelánea Turolense.

Igualmente conservan los nietos de Blanca Catalán de Ocón un herbario menos elaborado, con 16 pliegos llenos de plantas criptógamas y fanerógamas sin anotar su nombre científico, de las cuales puede haber varias en un mismo pliego. Hay también otros tres pliegos con plantas que en su día se pusieron a secar con trozos de algodón, sin contar con otros nueve pliegos más con flores de carácter ya más decorativo que botánico.

Queda pues meridianamente claro el origen de las aficiones naturalísticas de Blanca Catalán de Ocón, las lecciones de su madre y las de D. Bernardo Zapater, que permitieron que alcanzara una más que regular formación científica. Cuando tras la guerra civil española tenga lugar la II Reunión Botánica Peninsular, al pasar por Albarracín el 26 de junio de 1955 para homenajear a Bernardo Zapater se hizo un emotivo recuerdo también a Blanca y Clotilde Catalán de Ocón y Gayolá.

Bibliografía

  • Jaime Lorén, José María (2006): La mujer en la Ciencia a lo largo de la historia: Blanca y Clotilde Catalán de Ocón, consideradas las primeras mujeres españolas que ejercieron activamente la Botánica y Entomología. Valencia, CEU Universidad Cardenal Herrera, 2006. 160 p.