Climatología
La climatología es una de las disciplinas de las Ciencias de la Tierra. El tipo de tiempo de un territorio se determina mediante la temperatura, precipitaciones y humedad. Con estos datos se elaboran tablas de valores medios que se trasladan a climogramas, representaciones gráficas de la variación anual de temperatura y humedad, como variables principales.
A grandes rasgos, las variables climáticas definen un clima de tipo Mediterráneo fresco y seco. Permite cultivar, sin necesidad de riegos artificiales, cereales de grano de invierno, vid y algunas plantas muy resistentes como el azafrán. En los huertos y campos con mayor grado de humedad son posibles las leguminosas, las hortalizas, los bulbos, ciertos cultivos industriales como el cáñamo y el lino, y algunos árboles frutales, aunque con el riesgo de que las heladas de primavera arruinen la floración e impidan la recogida posterior de los frutos, lo que sucede con bastante frecuencia.
Temperaturas
La temperatura del valle del Jiloca es una de sus cualidades climáticas más representativas. los inviernos son duros y fríos, y sobre todo muy largos. Por el día entra con facilidad el anticiclón Ibérico, proporcionando al ambiente una gran tranquilidad y contribuyendo a que el número de horas de sol sea elevado. Los vecinos suelen aprovechar la presencia de este sol invernal para pasear por los alrededores del pueblo o para reposar, tranquilamente, en los poyates. Sin embargo, la agradable caricia de los rayos solares hace que el contraste entre el día y la noche parezca más fuerte. Durante siete u ocho meses, de octubre a mayo, la llegada del ocaso puede ir acompañado de crudas heladas, frecuentes en invierno, casi diarias, inesperadas y devastadoras cuando se producen a finales de la primavera. Con temperaturas bajo cero, una gran parte del invierno lo viven encerrados en sus casas, alrededor de un templado hogar, viendo como se consume las ramas secas, trozos de troncos, o cualquier otra madera acumulada en los cobertizos, un combustible que ha sido sustituido en la actualidad por otras fuentes de energía. La leña, según opinaba Mariano Millán, alcalde de Cutanda en el año 1845, “es uno de los artículos más precisos e indispensables para la vida” , tan necesario para la supervivencia como el acopio suficiente de harina y tocino.
Precipitaciones
Otro de los condicionantes meteorológicos, sobre todo a la hora de cultivar unos productos agrícolas u otros, es la lluvia. En el valle del Jiloca las precipitaciones han sido siempre escasas, oscilando entre los 350 y 600 mm. según los años. La razón de esta sequedad es su localización en la zona interior de la Cordillera Ibérica, una orografía montañosa que actúa como un muro, impidiendo que los vientos húmedos del Atlántico y del Mediterráneo penetren más allá de sus márgenes exteriores. La lluvia suele concentrarse en la primavera y el otoño, a modo de agua bendita la primera, la que tiene lugar entre los meses de marzo y mayo, ya que permite germinar los cereales sembrados varios meses antes. Llegado el verano, las puntuales precipitaciones suelen tener un origen tormentoso, activando las ramblas y produciendo grandes destrozos en los campos. La ausencia de precipitaciones en invierno se explica por el predominio ya citado del anticiclón ibérico y, aunque no es frecuente, cuando llueve, suele hacerlo en forma de nieve. Las neviscas no suelen ser cuantiosas, apenas un débil tapizado que cubre de un blanco brillante los campos, pero suelen helarse, permaneciendo así varios días, haciendo intransitables los caminos y las carreteras.
Un fenómeno muy popular es el conocido como Cura de Corbatón, unas nubes cumulonimbos que presagian aguas.
Humedad
Se trata de un clima muy seco, con escasa humedad en la atmósfera. En verano e invierno la entrada del anticiclón Ibérico, proporcionando un ambiente seco, con muy poca humedad.
Evolución histórica
El clima ha podido variar a lo largo de la historia. La mayor oscilación se produciría en la época de las glaciaciones, coincidiendo con los primeros pobladores que encontramos en las serranías de Fonfría, aunque para estos tiempos tan antiguos apenas existen estudios fiables. Ya entrada la Edad Media, según cuenta J.L. Corral, los siglos VIII al XII debieron ser más cálidos y secos que en la actualidad. A partir del siglo XIII el clima se enfría y aumenta la humedad, suavizándose nuevamente a partir del siglo XV y XVI. Durante el siglo XVII volvieron las temperaturas bajas, perjudicando a las cosechas, y a partir de los siglos XVIII y XIX el clima se vuelve a templar. Estas oscilaciones a largo plazo, al no existir fuentes estadísticas tan antiguas, son meras hipótesis en las que no todos los historiadores tienen porque coincidir, dependiendo muchas veces de los textos históricos utilizados, y éstos pueden variar. Para Antonio Gargallo, por poner un ejemplo contrario, el siglo XI se caracterizaría precisamente por su mayor humedad .
Bibliografía
- Oliva Facerías, Antonio (1991): "Descripción climática de la comarca de Calamocha entre 1945-1990" en Xiloca, 8, pág. 233-253 [Texto completo].
- Rubio Terrado, Pascual (1988): "Propuesta de caracterización agroclimática del tramo final del valle alto del Jiloca", Xiloca, 2, pág. 223-245 [Texto completo].
- Valle Melendo, Javier del (1993): "El régimen pluviométrico de la Cuenca del Jiloca", en Geographicalia, ISSN 0210-8380, Nº 30, 1993 (Ejemplar dedicado a: Homenaje a la profesora María Jesús Ibáñez Marcellán), pags. 145-154. [Texto completo].