Ermita de la Virgen de las Mercedes (Odón)
Una pequeña ermita situada en un montículo cercano al pueblo de Odón, desde donde se divisa un amplio paisaje, y en el que se cree estuvo ubicado el antiguo castillo. Según datos de Andrés y Valero, en 1338 el rey Pedro IV repara el castillo de Odón, que pudiera estar ubicado en el mismo lugar que esta ermita. Se la conoce también como Ermita de la Virgen de la Cuesta, por su localización sobre un promontorio. Es de una sola nave, cubierta con bóveda de medio cañón con lunetos, y con coro alto. La fachada es barroca, de ladrillo, con óculo y espadaña que queda cobijada por un frontón partido. Acabada en 1777, se atribuyen las obras a Marcos Ibáñez, arquitecto local que trabajó en Guatemala. Posiblemente hubiera obras ya en 1774, de acuerdo con el documento de esa fecha. Anexa se encuentra la casa del ermitaño, la cual ha perdido uno de sus pisos, habiendo sido reformada y consolidada. Destaca el dintel de sillería en el que aparece una cruz flanqueada por la inscripción "AÑO de 1791"
La capellanía de la Virgen llego a poseer un respetable patrimonio con multitud de fincas cedidas en herencias por devotos acaudalados. Estas haciendas se repartían por Odón, Daroca, Valconchán, Anento y Valdehorna. La capellanía estaba regida por un capellán del pueblo o, en su defecto, administrada por el cura de Odón. Las desamortizaciones efectuadas en el siglo XIX hicieron que prácticamente dejara de existir esta capellanía como tal, limitándose solo a obligaciones religiosas.
Durante muchos siglos la ermita ha sido punto de encuentro y de peregrinación para enfermos en busca de remedios a sus males, para madres y esposas que pedían protección para los soldados en guerra, o para los emigrantes de las vendimias y siegas.
El acondicionamiento del acceso a la ermita se efectuó en el año 1893, y tres años después se llevó a cabo una plantada de 400 árboles en los alrededores, y se cuenta que cada vecino cuidaba de su propio árbol. En la primera década de este siglo se construyó el camarín de la Virgen, las escaleras interiores y la verja del presbiterio. En 1916 fue revisada la imagen de la Virgen, observando su mal estado de conservación: la silla estropeada y la mano derecha mutilada.
Por encima de cualquier otra devoción, que en Odón son muchas, la de la Virgen de la Cuesta es la principal. Aún en los actuales tiempos se le reza su novenario, y a su alrededor se aglutinan todos los odonenses, año tras año, residentes y veraneantes, en la bajada del 23 de agosto.
Elementos destacables
- En su interior destacan diferentes retablos de los siglos XVI y XVII
- Retrato de Marcos Ibáñez, realizado por el pintor valenciano Mariano Maella, quien posteriormente llegó a ser pintor de la familia real.
- Junto a él aparece un retablo del XVI con tablas de San Francisco, San Jerónimo y otros santos, además de otro, del XVIII, realizado en estuco con un lienzo en donde se representa una aparición. Otros lienzos son el de San José, un Eccehomo y una santa mártir. La imagen de la titular es la pieza más antigua, datable probablemente en el XII.