Fiesta de San Antonio Abad (Burbáguena)
Es la cofradía de San Antonio Abad quien organiza los actos de la fiesta de San Antón en Burbáguena, festividad de invierno que ya se celebraba en 1829, con misas, procesiones al peirón donde se bendicen a los animales y reparto de panecillos y tortas. Muchos eran muchos los "sanantoneros" (cofrades), siempre hombres casados, que la celebraban.
Antaño duraba dos días más la víspera y se conocía como "la fiesta de los casados" (la de los solteros era la Navidad). Actualmente se celebra el sábado más cercano al 17 de enero.
En la víspera
Se va desde la Iglesia a la casa del prior; allí se recogen las tortas y se va por las calles del pueblo a casa de las peseteras. Los cofrades dan a las peseteras las tortas, y éstas les dan un donativo y les ofrecen retacía y pastas. Por la noche se encienden hogueras por barrios o grupos vecinales, en todo el pueblo (recuerdan que llegó a haber unas 50 hogueras en Burbáguena). La principal era la de la cofradía, que se hacía en la Plaza del Puerto, era la más grande y a la que acudía más gente, pues entorno a ella se hacía el baile con los músicos. A esta hoguera algunos vecinos llevaban una carga de leña (que son 6 fajos), y los sanantoneros llevaban cada uno una carga, durando la hoguera dos días.
Día del santo
Se celebra misa en honor del santo, con reparto de pan bendito (que muchas veces se llevaba a casa para compartir con la familia), procesión y un aperitivo. Antes de misa y en el peirón de San Antón, se realizaba la bendición de los animales (caballerías. perros, gatos) por parte del cura.
Por la tarde, se celebra la salida y la entrada de un nuevo prior, que cambia cada dos años. Antaño, era típico ver en este día, desfilar las desaparecidas caballerías, las numerosas hogueras en cada barrio, la limpieza del pueblo de zarzas, que eran quemadas en las hogueras o la originalidad que se daba en el baile cuando los casados/as tenían que bailar con los solteros/ as y nunca entre los de su mismo estado civil.
El día 17 por la noche sólo se encendían las hogueras por parte de los sanantoneros en el peirón del santo. Se sacaba vino, productos del cerdo,... y se charraba un rato en compañía, al calor de la lumbre y el fuego, estando hasta las dos o las tres de la madrugada.
Los cofrades que hacían la fiesta de San Antón, traían música los tres días por la tarde y noche (víspera, San Antón y al otro día). Al ser la fiesta de los casados, durante las sesiones de baile los casados eran los que “mandaban”, y elegían pareja de baile. Muchos son los que recuerdan cómo esos días no podían bailar con sus novias o novios porque los casados “se las quitaban” y, claro, tenían preferencia esos días.
Muchos son los dichos, coplas y jotas que tienen a este santo como protagonista, puesto que se le tenía gran devoción y era un santo muy popular. “Para San Antón / el que no mata cochino / no come morcillón”.