Herrero

Los herreros, hasta bien entrado el siglo XIX, formaban parte del cuerpo de las ciencias de la salud. Se les podría considerar los "enfermeros" cuidadores de los animales.

Hasta el siglo XIX los herreros formaron parte de los conducidos del municipio, una denominación que hace referencia a la forma en que se determinaba su trabajo a través de un “conducto” o pacto.

Los servicios del herrero se pagaban mediante una cuota fija repartida entre los propietarios de caballerías y bestias de labor. El ayuntamiento facilitaba su trabajo dejándole la fragua, que era de propiedad municipal, y gratificando su trabajo, como hizo el concejo de Cutanda, con 4 robos de trigo anuales, entregados en 1738 bajo el concepto de “mantener el agua en la pila de la fragua y manutención de una muela para dicha fragua” .