Joaquín Latorre “Lanzallamas”
Jotero de Monreal del Campo, de sobrenombre “Lanzallamas”, tiene originariamente su olvidada condición de labrador, aunque una vez que así se lo señalé, dando justificación a su impetuoso apodo, me respondió: “Mira,... yo de agricultor no tengo más que lo detallado por la copla: “Soy labrador sin hacienda, / cosa fácil de explicar / un par de corros a rento / que no lo puedo pagar”.
Porque, desde aquel original labrantío, pasó ilusionado al grupo social que incluía a quienes, según la expresión popular, trabajaban en la vía desde que llegó la tardía situación de un ferrocarril, el de la Central de Aragón, que unió a Teruel con el resto de capitales provinciales. Joaquín, recordando su alta y celebrando su salto, con su peculiar voz templada me aclaró: “Éste es desde entonces mi canto de compañía: La niña cuando va a misa, / ¡Ole, ole, carretero, qué jaleo lleva el tren! / Va delante de su madre, ¡ole, ay! / Paice un ramico de alpaca, / ¡Ole, ole, carretero, qué jaleo lleva el tren! / Qué lo remenea el aire, ¡ole, ay!”.
Sin duda le cuadra el apodo, porque Joaquín Latorre, desde su incondicional expresividad, sale siempre con ímpetu cantor, llenando de fogosidad sus afirmaciones o negaciones, cuajando su entrañable condición ferroviaria al calor de jotas, como la de esta letra: “A los carriles de Renfe / les canto yo en la Estación, / porque nos llevan al mundo / alegrando el corazón”.
Amaba al “Chispa” porque iba y venía desde Calatayud a Teruel y regreso, alegrando el valle jilocano con el atrevido silbido de su locomotora santanderina: “¡El Chispa, a almorzar!”. Le gustaba el Correo porque era el “tren de la una”, orientando a diario el tiempo de la comida, y tenía como suyos a los automotores, borregueros, especiales Tranfesa de frutos y especiales de Zaragoza a Valencia por fallas. Viendo a sus ocupantes se moría de envidia, siseando con nostalgia la ilusión de esta jota: “A cada falla en Valencia / le deberían poner / diez falleros valencianos / y un jotero aragonés”.
Bibliografía
- Hernández Benedicto, José (2010): La jota en el Jiloca: Cincuenta joteros por el valle. Calamocha, Monreal del Campo, Centro de Estudios del Jiloca.