Mierla
Despoblado antiguo y medieval situado en el término municipal de Ojos Negros, sobre un cabezo ligeramente elevado sobre el territorio circundante. Fue un yacimiento celtibérico. En la ladera occidental se localizan restos constructivos, entre los que sobresale una posible muralla, aunque la mayor parte del material cerámico se dispersa por la ladera oriental.
En la Edad Media fue aldea donada por Alfonso II a la Orden Militar de Alcalá de la Selva en 1195 junto con otras heredades propiedad de Blasco Rinuon; por lo que parece la orden de Alcalá dispondría de un importante patrimonio en la zona de Teruel y también en la de Daroca.
Según Andrés y Valero 1211, Pedro II haría en Daroca donación del lugar a los Templarios; dato confirmado por Ubieto que manifestaba que en 1280 el lugar pertenecía al monasterio de Selva Negra y estaba incorporado al arzobispado de Daroca; obispado al le había sido confirmada su posesión unos años antes, en 1260, a través de una bula papal. Por otra parte en 1282 y por mandato real Mierla, junto con otras aldeas de las tierras de Daroca, contribuiría a la fábrica del castillo de San Ginés, ubicado en el vecino lugar de Peracense . Más tarde en 1292 Jaime II, rey de Aragón, mandaba al Justicia de Teruel que entregase a la Comunidad de las Aldeas de Teruel, la villa de Alcalá con todas sus rentas y derechos entre los que se mencionaba el lugar de Mierla, situado en el término de Daroca . Pese a dicho mandato estas posesiones debieron permanecer en manos del monasterio de Santa María de Selva Mayor, puesto que el 12 de octubre de 1375 los frailes del este monasterio benedictino vendería la villa de Alcalá y todos sus derechos a Juan Fernández de Heredia, señor de Mora, y entre las propiedades vendidas parece que se encontraría la villa de Mierla, puesto que unos años después dicho caballero se la vendería a la Comunidad de Aldeas de Daroca, junto con las salinas de la vecina población de Herrera de Ojos Negros, por un precio total de 50.000 sueldos.
En 1401 Gil Royz de Liohori como procurador de Juan Fernández de Heredia realizaba la venta de la aldea a los representantes de la Comunidad. Gil Royz de Lihori, Gobernador de Aragón, además de ser procurador del señor de Mora, sería su cuñado al estar casado con doña Teresa Hernández de Heredia, como nos indica la escritura de compra-venta; y tanto ellos como doña Goda López de Gurrea, esposa de señor de Mora, ejercerían de fiadores de éste en la venta. Parece además que el Gobernador prestaría dinero a las aldeas de Daroca para que éstas pudiera realizar la compra, en 1404 la Comunidad de Aldeas al no poder pagarle a Gil Royz de Lihori lo que le debía por la compra, tendría que recurrir a la ayuda de un prestamista, Bonafós de Clavería, judío de Zaragoza . Mediante esta venta el señor de Mora entregaba a la Comunidad con pleno dominio y señorío, la villa de Mierla y su castillo, estableciéndose claramente en el documento la ubicación y los límites de la población, así en la escritura se dice: “es assaber un castillo e lugar que el dito Mossem Johan Fernández Heredia de qui yo so procurador, ha que es clamado Mierla sitiado en el regno de Aragón e sus términos los quales afruenta con términos de Hoios Negros, de Villafranca, de Mont Real e de Piedraselz”. Sabemos por los Cabreos de la Comunidad de Aldeas de Daroca que ésta antes de realizar la adquisición de Mierla deliberó sobre la importancia que tendría dicha compra, dada la cercanía del lugar con la frontera de Castilla; según se dice en este Cabreo en el Archivo de la organización se conservaba: “un proceso y deliberación que la Comunidad fizo para comprar el lugar de Niebla y salinas de Ojos Negros porque pareció ser muy dañoso que otri lo comprase por estar en frontera de Castilla y no se receptasen allí personas facinorossa, hizose la compra por cinquenta mil sueldos en el año MCCCCI”. Claramente y pese a nombrarse como Niebla el texto se referiría a Mierla ya que la fecha y el precio coinciden con los de la compra de ese lugar, además dentro de los territorios de la Comunidad no había ningún municipio con el nombre de Niebla, se trataría seguramente de un error de transcripción del documento original, que desdichadamente no se ha conservado, al libro de cabreos. El escrito pone de manifiesto la importancia que para la Comunidad tenía Mierla por estar en ubicada en la frontera con el reino castellano, con el cual Aragón como ya hemos relatado en números ocasiones mantendría enfrentamientos armados durante toda la Baja Edad Media.
Según la escritura de compra la Comunidad quedaría libre de cualquier obligación que hubiera sobre el lugar “excepto en poder de la carga del adobo de la iglesia, de la pensión del vicario et de la lumbraria de la dicha iglesia del dito lugar e otras cargas que por razón de las decimas,primicias del dito lugar el dito mosem Joham Fernández era tenido e havía acostumbrado”, por lo que además de pagar al vicario, la institución sería la encargada de pagar la renta que por la vicaría de Mierla le correspondería a la iglesia de San Miguel de Daroca, renta que 1406 sería de 60 fanegas de trigo y 3 corderos anuales.
Ignoramos en que estado se encontraría la aldea en 1401, cuando se realizó la compraventa de la misma, pero lo lógico es pensar que como otros puntos de la comarca se habría visto afectada por la sequía, las epidemias, y dada su ubicación también en gran medida por la guerra; y que por lo tanto se encontraría muy mermada. Lo que si sabemos es que en 1412 todavía permanecía habitada dado que el jurado del lugar Domingo Ortín recibiría un dinero de la Comunidad por mantener su caballo al servicio de ésta; pero relativamente pocos años más tarde, en 1430 la localidad ya sería pardina, ese año Domingo Aznar, vecino de Burbáguena, recibiría un dinero en compensación por las perdidas que había sufrido en el arrendamiento de Mierla a causa de la guerra y por los gastos que había realizado en el molino de Mierla.
Después de despoblada y convertida en pardina, Mierla continuaría sufriendo los envites de la naturaleza y las consecuencias de los nuevos choques con Castilla, que esta vez serían causados por el enfrentamiento entre Juan II de Aragón y su hijo Carlos, Príncipe de Viana, que era apoyado por los castellanos, a causa del trono de Navarra. Así en 1432 la Comunidad tendría que pagar al arrendador del Molino de Mierla, Domingo Ortín, vecino de Villafranca, una indemnización por las perdidas sufridas a causa de la sequía , en 1463 el arrendador de la pardina Pascual Rubio, vecino de Torralba también cobraría una indemnización de 200 sueldos por las pérdidas que había sufrido en el arriendo , y en 1472 la pardina de Mierla estaba arrendada a un vecino de Ojos Negros, Esteban Martínez, al que la Comunidad tendría que compensar por las perdidas que había sufrido a causa de las “turbaciones de la frontera”.
Pasado ya un buen tiempo tras la compra de la aldea por parte de la Comunidad de Aldeas de Daroca, ésta debió de tener algún problema con la gestión de la pardina, puesto que en 1475 solicitaría varias copias de las escrituras sobre la propiedad de Mierla y las propiedades del monasterio de Santa María de la Selva . Parece que el conflicto tendría que ver con la posesión de la vicaría de Mierla, y que para resolverlo la Corporación tendría que recurrir a los servicios del archivero de la villa de Mora . Un año más tarde, en 1476 la Comunidad como “como senyora de la dita villa” pagaba al vicario de Mierla el dinero que le debía pagar como vicario del lugar , lo que sugiere que problema se habría solucionado ya.
Como podemos observar la Comunidad de Daroca era la “señora” de la pardina de Mierla, y como tal podía arrendarla, pero del mismo modo debía ocuparse de los gastos y de las obras a realizar en ella. En 1422 Juan Esteban, vecino de Monterde y habitante en Badules, cobraba 50 sueldos por las obras que había realizado en el molino , y ese mismo año un vecino de Ojos Negros recibiría un dinero por las obras que había realizado en la iglesia ; en 1470 la Comunidad pagaría por la construcción de una torre a Miguel de [Guilio], piedracantero, habitante en Ojos Negros, 2.600 sueldos, y a Miguel de Guilistasti, “piedrapiquero”, habitante en Daroca, 115 florines de oro por los trabajos que había realizado demás en la torre de Mierla . En 1472 la institución pagaría a Pedro Lop, vecino de Torrecilla del Rebollar, 48 sueldos jaqueses por la visita de la iglesia y pila de La Mierla.
Sabemos gracias a un documento de 1560, que para esa fecha la dehesa de Mierla era gestionada ya por los vecinos de Ojos Negros , por lo que podemos pensar que al menos desde esa fecha la pardina sería arrendada a este pueblo y no a personas individuales como hemos comprobado que había ocurrido anteriormente; el arriendo se mantendría seguramente hasta el s. XIX. En los libros de cuentas de la Comunidad de Daroca aparecen las cantidades pagadas por Ojos Negros durante los s. XVII y XVIII por el arriendo anual de la pardina, que variaban entre los 200, los 250 y los 255 sueldos jaqueses anuales, a parte de los 100 sueldos que pagaba por el diezmo de ésta; según estos libros Mierla era la única pardina por la que aparte de rento, el arrendatario pagaba una cantidad por el diezmo, este hecho tendría que ver con la cláusula de la compra, que hemos mentado con anterioridad, y por la que la Comunidad quedaba obligada a pagar el diezmo correspondiente a Mierla, diezmo que una vez convertido el lugar en pardina, ésta cobraba al arrendatario. Durante los s. XVIII y XIX parte de las décimas de la pardina de Mierla, como las de la vecina pardina de Herrera, correspondían a la iglesia metropolitana de Zaragoza ; y según Mª Luisa Orera las rentas que al Arzobispado de Zaragoza le corresponderían de la pardina de Mierla en el s. XVIII serían 2 fanegas y 2 cuartales.
El referido pliego de 1560 nos permite situar con cierta exactitud la dehesa de Mierla puesto que todavía hoy se conservan en el término de Ojos Negros los topónimos Dehesa de Mierla y las Algeceras, éste último situado en el límite con el término de Villafranca.
En Ojos Negros existen además del topónimo dehesa de Mierla otros como Venta de Mierla, Molino de Mierla o Corrales de Mierla que recuerdan la existencia en esa zona de la antigua población que quedaría integrada finalmente en su término. Según el Inventarío Arqueológico de Calamocha , en el yacimiento denominado “Mierla o El Santo” se han encontrado restos de cerámica de Teruel de los s. XIII al XV, se trataría de un despoblado medieval, además de un yacimiento de época celtibera indeterminada, lo que indica una constante presencia humana en la zona.
En la actualidad se pueden observarse varias construcciones en torno al manantial del Ojo de Mierla, se trata del conocido como caserío de Mierla situado en una pequeña elevación sobre una zona llana. El caserío desarrollo funciones agropecuarias y también funcionó como venta al encontrarse el cruce de varios caminos, entre ellos el antiguo camino de Molina de Aragón a Teruel . Asimismo cerca del caserío de Mierla se conservan los restos del molino que como ya hemos mencionado existiría al menos desde 1422, aunque podía ser incluso anterior puesto que la orden de Alcalá dedicaría muchas de las heredades que poseía en las tierras de Teruel y de Daroca a la construcción de molinos.
Véase también
Bibliografía
- Burillo Mozota, Francisco (1991): INVENTARIO arqueológico. Calamocha. Zaragoza, Diputación General de Aragón.
- Burillo Mozota, Francisco (1980): El valle medio del Ebro en época ibérica : contribución a su estudio en los ríos Huerva y Jiloca Medio. Zaragoza, Institución Fernando el Católico.
- Esteban Abad, Rafael (1959): Estudio histórico-político sobre la ciudad y Comunidad de Daroca. Teruel, Instituto de Estudios Turolenses, pág. 127
- Rubio Martín, M. (2012): Despoblados y pardinas medievales en la comarca del Jiloca. Inédito.