Ofensiva republicana sobre Albarracín
Episodio bélico sucedido en la Guerra Civil española, en julio de 1937. Antes de la batalla de Brunete, el ejército republicano decide realizar una serie de acciones de distracciones para impedir la llegada de tropas nacionales a las inmediaciones de Madrid. Una de ellas fue el ataque a la ciudad de Albarracín.
La unidad republicana del ataque fue la 42 División, perteneciente al XIII Cuerpo de Ejército, con cuartel general en la localidad de Cañete. El objetivo era conquistar la sierra de Albarracín y, en caso de éxito, continuar el avance hacia el alto Jiloca y la ciudad de Teruel.
La ofensiva comenzó la tarde del 7 de julio, sitiando la ciudad de Albarracín y llegando los republicanos hasta Gea y otras localidades de la serranía.
Las localidades de Cella, Villarquemado y Santa Eulalia del Campo adquirieron en esos días un valor añadido, pues eran la puerta de acceso a la sierra de Albarracín. Al día siguiente se concentran numerosos refuerzos nacionales en Cella para hacer frente al avance republicano. La vía del ferrocarril permitía desplazar a las tropas con facilidad entre Zaragoza, Calatayud y Teruel. La primera tropa en llegar a Cella es la 2º Bandera de la Legión, que tiene que sortear una mina colocada en la vía a la altura de Villafranca. Al llegar a Cella se embarcan en camiones y se dirigen hacia Albarracín. Fueron detenidos a la altura de la Peña Litero por soldados republicanos.
El día 9 de julio llegan nuevos refuerzos al alto Jiloca y se decide contraatacar y recuperar las posiciones. Se ataca simultaneamente con tres columnas. Una, compuesta por guardias de asalto partió de Santa Eulalia del Campo, avanzando hasta Pozondón y Monterde de Albarracín. La columna central fue directamente desde Cella hasta la ciudad de Albarracín, con el objetivo de romper el sitio. La tercera columna, que saldría también de Albarracín, avanzaría hacia el sur, reconquistando el macizo de Quebradas y, desde allí, atacar el arrabal de Albarracín. En total, ocho batallones apoyados con cinco baterías, dirigidos por el coronel Perales.
Durante varios días los combates se suceden en numerosos puntos de la sierra de Albarracín. El día 15 de julio los nacionales han vuelto a ocupar las posiciones que tenían con anterioridad, desmoralizando a la 42 División republicana que no pudo consolidar ninguno de sus avances.