Provincias
División provincial de 1810
Desde principios del siglo XIX se habían producido varios intentos por modificar la estructura administrativa de España. Un decreto del gobierno francés de 17 de abril de 1810, en plena Guerra de Independencia, ideaba un sistema provincial basado en las prefecturas francesas que se debería aplicar en toda España. El reino de Aragón quedaba dividido en cuatro circunscripciones con sus capitales en Huesca, Zaragoza, Alcañiz y Teruel, y cada una de ellas se dividiría en corregimientos. El tradicional corregimiento de Daroca, pasaba a integrar la nueva provincia de Teruel. Esta división provincial no pudo ponerse en práctica, abandonándose tras la derrota de las tropas francesas y la vuelta al trono de Fernando VII.
División provincial de 1822
En el año 1822 se estudiaba en las Cortes una nueva división provincial para Aragón, que no obstante se calificaba como provisional, y que nunca será llevada a la práctica ya que fue derogada por Fernando VII el 1 de octubre de 1823. El reino quedaba dividido en cuatro provincias con capitales en Zaragoza, Huesca, Teruel y Calatayud. El antiguo corregimiento de Daroca desaparecía, adjudicando su territorio a las nuevas provincias de Calatayud y Teruel.
División provincial de 1833
Tras la muerte de Fernando VII, el Real decreto del 30 de noviembre de 1833, inspirado y firmado por Javier de Burgos, estableció una nueva división provincial de España, a la postre la definitiva, que mantendrá su vigencia, con algunos retoques, hasta nuestros días. En palabras de Joseph Fontana, la Revolución burguesa requería el establecimiento de una nueva ordenación territorial que permitiera controlar en mayor grado el país. Para ello creará las provincias, obligando a adaptar a esta nueva estructura todos los temas administrativos, judiciales, militares y hacendísticos. Aragón quedaba dividido en tres provincias: Huesca, Zaragoza y Teruel. El antiguo corregimiento de Daroca se fragmentaba entre estas dos últimas.