Retablo de Nuestra Señora del Rosario (Calamocha)
Entre los retablos de la Iglesia parroquial de Calamocha destaca el dedicado a Nuestra Señora del Rosario, magnífico ejemplo de romanismo en la provincia de Teruel, obra del escultor Pedro Martínez y del ensamblador Jaime Viñola, vecinos ambos de Calatayud. El retablo estaba en 1606 concluido y entregado, iniciándose seguidamente el dorado y la pintura a cargo de Domingo Martínez. Poco después de su total conclusión, ante la necesidad de reemplazar el antiguo retablo mayor, se instaló en el presbiterio. Esta nueva función hizo necesario que le fueran incorporados los santos patronos de la localidad, que fueron situados en las calles extremas del retablo. Las figuras de San Fabián y San Sebastián se deben a la mano de Melchor Luzón, quien las donó en 1646. Las imágenes de San Roque y San José y los relieves de la Epifanía, la Presentación y la Huida a Egipto denotan unas características comunes atribuibles al círculo de los escultores Pedro Belsue y Francisco Lacosta, vecinos de Daroca. Posteriormente, en el XVIII, este retablo retornó a una capilla lateral, al levantarse el retablo baldaquino que hoy preside la iglesia.