Romería de la Santa Cruz (Atea)

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En Atea siempre han sido muy nombradas las fiestas de primavera en las que, además de honrar a la Santa Cruz, se realiza la romería a la ermita de San Lamberto, donde se celebra misa. A continuación, se sigue subiendo hasta la cumbre de la sierra donde se halla la pequeña ermita de Santa Elena, y desde allí se bendicen los términos. A esta altura, nada menos que 1.423 metros, el aire es puro y la vista magnífica.

Antaño la Fiesta de Santa Cruz se preparaba durante la víspera de San José (19 de marzo), en que se reunían los mozos para ajustar la fiesta. Luego, la víspera del 3 de Mayo, se hacía baile en la plaza de la Iglesia alrededor de la hoguera, a ese baile de la víspera solo dejaban entrar a las mozas que iban acompañadas. La hoguera era prendida por los mozos, que aportaban 3 cargas de leña. A la una se acababa el baile y empezaba la ronda por las calles, con 2 músicos (con instrumento de caña: un saxofón y un clarinete) por cada calle a cantar a todas las mozas solteras, tanto viejas como jóvenes, "toda hembra sin casar" hasta 40 años. Se cantaban 3 canciones a cada hembra de la casa: 2 más la que se llamaba despedida.

Al día siguiente se las llevaba al baile y de allí salían muchas parejas y festejos entre jóvenes con aquella "que te llenaba los ojos".

La mañana de la Fiesta (3 de Mayo) comenzaba con diana floreada con la música contratada, se degustaban bizcochos, anís… Y se acompañaba hasta las afueras a despedir a los que se marchaban en Romería a la Ermita de San Lamberto donde se celebraba misa y ascendiendo a continuación a la Ermita de Santa Elena, en la cumbre del Cerro de Santa Cruz, a 1423 metros de altitud, para bendecir los términos y desde allí cantar las “Aleluyas a Santa Cruz” después se descendía de nuevo, tras los mozos cortar los “ramos” (que eran troncos de árbol, cuanto más grandes mejor. A medio camino se descansa en la llamada: “Piedra del Refresco” y allí se comían tortas de masa de pan y vino a mansalva, pagado por el ayuntamiento. También el ayuntamiento daba un huevo duro, chorizo y longaniza que se comían antes de subir a Santa Elena.

Al llegar a la cumbre, el sacerdote oficiante bendice los términos y, de regreso a San Lamberto, las familias y grupos de amigos preparan la comida, comen y descansan, todo ello amenizado por la banda de música. Por la tarde, se baja en Procesión, los que no han acudido a la romería salen a esperar a los romeros, para acudir después a la iglesia cantando las Aleluyas y cantos de Santa Elena. Ya en la parroquia, hombres y mujeres adoran la “reliquia”, se reza el Rosario y de nuevo de da la vuelta al pueblo en procesión bailando el Bolero de Atea.