Salas Malo de Esplugas, Jerónimo

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Virtuoso deán y obispo de Albarracín, autor de textos religiosos y literarios (Caminreal, fin s. XVI - 1664).


De capitán de caballería a canónigo

De ilustre familia, nació en Caminreal durante el último tercio del siglo XVI, estudió Humanidades y Filosofía dedicándose en una primera instancia a la carrera de las armas. Cuando ya era capitán de caballería, abandonó la milicia para seguir estudios eclesiásticos, si bien previamente quiso consultar con personas virtuosas el cambio de rumbo que pensaba a dar a su vida, y una de ellas al decir de Xarque: "mereció le revelasse Dios: Queria fuesse Obispo, y Pastor de Almas", cosa que mas tarde se cumpliría al pie de la letra.

Poco después de su ordenación sacerdotal fue nombrado prior de la iglesia del Pilar de Felipe IV en Roma, cargo que desempeñó poco tiempo por haber sido agraciado con el deanato de la Santa Iglesia Catedral de Albarracín. Curiosamente, su hermano Juan que estaba en Roma por aquel entonces como embajador extraordinario, había pedido esta misma prebenda para un amigo suyo ignorando las gestiones de Jerónimo.

Treinta años nada menos ejerció en Albarracín este cargo, durante los cuales defendió con interés los derechos de la iglesia y cabildo, llevando a cabo numerosas consultas y tomando a su cargo la correspondencia con varios procuradores, abogados y agentes de la misma. Sobre su carácter vemos otra vez que "sino los moderados Alimentos, era toda la renta para Pobres y obras Pías". Al fallecimiento de D. Martín de Funes, a instancias del cabildo y de la ciudad, Felipe IV lo presentó para la mitra albarracinesa el 26 de marzo de 1654 de la que se posesionó el 17 de septiembre de 1665, siendo su primera providencia repartir entre los pobres las rentas retenidas de la prebenda y las anticipadas de la mitra, incluso se "servia de aumentar las limosnas de los Pobres, hasta quitarsela de su comer por tener mas que darles".

Un año mas tarde fue llamado por el Papa, seguramente en cumplimiento de la preceptiva visita 'ad limina' que los obispos debían hacer a Roma en cuanto les fuese posible. De allí se trajo una imagen de Nuestra Señora del Pilar y, como en la travesía se desencadenara una fortísima tempestad de la que milagrosamente escapó la embarcación, agradecido el prelado de Caminreal y a sugerencia de la venerable M. María de Jesús y Agreda, edificó a sus expensas una capilla a dicha imagen en la catedral de Albarracín junto a la puerta de la Seo. El 12 de octubre se hizo la traslación con toda solemnidad, y viendo la estrechez de la capilla, un siglo mas tarde el obispo Juan Francisco Navarro hizo construir la magnífica y suntuosa que hoy puede contemplarse.

Su liberalidad con los pobres le llevaba a asignarles diariamente cuantiosas limosnas, e igualmente contribuyó con generosidad en el sostenimiento de la iglesia, nada menos que de su propio peculio 500 libras jaquesas durante todos los años que estuvo como obispo, además de dorar completamente el altar mayor que había construído en 1642 su antecesor, y de dejar como legado 200 ducados de renta para celebrar a la Virgen del Pilar con sermón, vísperas, música y salve. En su honor fundó también una cofradía que todos los sábados celebraba una función litúrgica. El 1 de diciembre de 1658 Alejandro VII concedió una bula con especiales gracias e indulgencias a quienes ingresasen en la cofradía. Con anterioridad, el 18 de abril de 1655, teniendo en cuenta la pobreza del edificio catedralicio, otorgó otra con una pensión anual de 400 ducados de moneda española sobre las rentas de la mesa episcopal, lo que probaba en palabras de Lázaro Polo "el poco arraigo que a los bienes materiales de este mundo tenía Don Jerónimo".

Cuando éste fue nombrado visitador del arzobispado de Valencia, le escribió una vez mas la V.M. María de Agreda para recomendarle encarecidamente que "llevara en el hombro derecho durante toda la Santa Visita a la Virgen del Pilar", de ahí que en los retratos se le pintase de esta guisa. Y ya que hablamos de retratos, lamentar que contra lo que indicaban viejos cronistas, en la iglesia de Caminreal ni en la de Albarracín se conserva hoy cuadro alguno de este destacado prelado.


Profecías y muerte

El 15 de enero de 1657 celebró Sínodo, y gobernó la diócesis durante nueve años.

Una mañana de octubre de 1664 en que el obispo de Caminreal se hallaba releyendo una Aprobación que precisamente había dado el P. Agustín para imprimir un libro. Comentando con su paje de confianza la amistad que le unía a aquel fraile desde los tiempos en que había servido a las armas, en aquellos precisos instantes llamó éste a la puerta del palacio. Los afectos, abrazos y saludos se prodigaron por ambas partes, y el anciano prelado le hizo ver a su huésped lo cercano que sentía su fin, y como tenía ya dispuesto ataúd y mortaja para tal fin. A la hora de la misa se despidieron, y el deán dispuso que la comitiva de Fr. Antonio se alojase en su casa, mientras éste lo hacía en el palacio episcopal.

Al día siguiente comieron juntos, pero antes quiso enseñarle sus aposentos particulares donde apenas había "un Colchón, Crucifixo y Nuestra Señora del Pilar, con tanto desabrigo, que la Pila del Agua bendita estava elada desde el Noviembre hasta el Abril", lo que movió al buen fraile a rogarle "que a lo menos le persuadiesse, colgasse la Alcova con los cordellates, que comprava para vestir por las Navidades a muchos Pobres". La comida transcurrió en gran armonía, y al final en un aparte el prelado le comentó estas proféticas palabras: "Vuestra Reverendíssima vendrá a ser obispo, y hará lo que le pareciere". Un poco intrigado prosiguió el jerónimo tras despedirse el camino de Valencia, y el paje del obispo volvió a insistir con curiosidad acerca del contenido que encerraban sus últimas palabras, que fueron corroboradas al punto por D. Jerónimo: "Si, yo moriré, y este Religioso me succederá en el Obispado". Como efectivamente ocurrió, y antes de las navidades Fr. Antonio Agustín era ya el nuevo obispo de Albarracín.

Falleció el 9 de noviembre de 1664. Sus restos descansan en la capilla de la Virgen del Pilar que él mismo había mandado levantar. Para recuerdo de su memoria, D. Francisco Xarque, compuso unas "Lágrimas de piedad, y Gratitud, en la mverte, o transito feliz a mejor vida del Ilustrisimo Señor Don Geronimo Salas Malo Desplugas, meritisimo Obispo de Santa Maria de Albarrazin. Oracion fvnebre, y panegyrica, que hizo en sus Exequias el Doctor de Francisco Xarque, Dean de la misma Iglesia, y Vicario General del Obispado. Comisario del Santo Oficio. Dedicala al Escelentissimo Señor Marques de Aytona", que se imprimiría en Zaragoza en 1664 y que hoy puede consultarse en la Bib. Nacional.

Sobre sus últimos días, este mismo canónigo recoge una bella anécdota que vamos a reunir a continuación. Ocurrió que nuestro D. Jerónimo Salas Malo solía cartearse con el fraile jerónimo Fr. Antonio Agustín, quien aprovechando que tenía que hacer una visita pastoral al monasterio de San Miguel de los Reyes de Valencia, decidió pasar por Albarracín para saludar a su amigo. A la entrada de la ciudad, quiere la tradición que se apease en un descuidado mesón donde amamantaba un ama tranquilamente a su retoño, quien, entre la admiración general, exclamó: "Madre, este Religioso será Obispo de Albarracín".

Obras publicadas

Tampoco faltó en la vida de este caminrealero la vertiente literaria de la que ya nos habla Latassa, si bien el grueso de la misma tuvo un marcado carácter religioso y diocesano. Así compuso:

  • "PATERNAL EXHORTACIÓN SOBRE LOS PUNTOS DE UTILIDAD ESPIRITUAL, DIRIGIDA A LA IGLESIA DEL OBISPADO DE ALBARRACÍN, CON FECHA DE 8 DE OCTUBRE DE 1664". Se imprimió en folio y al parecer se conserva en la Biblioteca de San Ildefonso de Zaragoza, pieza alta E.29. Por la fecha de su edición vemos como tuvo lugar apenas un mes antes de su muerte.
  • CONSTITUCIONES SINODALES DE ALBARRACÍN, EN LA SÍNODO QUE CELEBRÓ EL AÑO DE 1657. AÑO EN QUE SE DIVULGARON.

Según el gran bibliófilo aragonés, escribió "algunas poesias juveniles. En el segundo 'Certamen' por el Sr. Aliaga, de 1619, p. 107, hay varios dísticos latinos suyos; y en la pag. siguiente otros de su hermano D. Juan. Véase la pag. 282 del mismo certamen". Pues bien, esto es precisamente lo que ha hecho nuestro amigo el investigador F. Lázaro Polo que, además de reproducir dos poemas, hace un estudio literario de los mismas del que vamos a tomar estas notas.

Era costumbre en la España del siglo XVII celebrar determinados acontecimientos importantes por medio de certámenes y justas poéticas, que al final podían recogerse en un volumen. Tal sucedió con el "Compendio de las Fiestas qve ha celebrado la Imperial civdad de Çaragoça por aver promovido la Magestad Catholica del Rey nueftro Señor, Filipo Tercero de Caftilla, y segundo de Aragón al Ilustrifmo Señor don Fray Luys Aliaga fu confeffor, y de fu Real Confejo de Eftado en el Oficio y Cargo Supremo de Inquifidor General de Efpaña". El certamen tuvo lugar en 1619, y en él intervino nuestro personaje cuyas composiciones, como todas las restantes fueron recogidas e impresas por el gran poeta aragonés Luis Diez de Aux.

Hay que reconocer enseguida el escaso valor literario de la mayoría de las obras que, como señala Lázaro Polo, al igual que la mayoría de las poesías del Barroco aragonés, "suelen caracterizarse por su poca imaginación, debido a la tendencia realista de lo aragonés, tendencia poco grata para la poesía. Se trata de una poesía de urgencias y de circunstancias, de piezas de escasa calidad literaria forzadas por la inmediatez y los reclamos de la convocatoria". A estas premisas que concurren en la literatura del futuro prelado, hay que añadir que están dotadas también de "un cierto gongorismo contenido en lo que a sus formas se refiere y una tendencia al cultivo de la temática moral"

Bibliografía

  • Barón de Valdeolivos (1915): "Aragoneses ilustres", Linajes de Aragón, t. 6, p. 58
  • ESPASA-CALPE, ED.: Salas Malo de Esplugas (Jerónimo). Enciclopedia Universal Ilustrada Europea Americana. Barcelona, t. LIII, pp. 168-169
  • GASCÓN Y GUIMBAO, D. (1908): Relación de escritores de la provincia de Teruel. Zaragoza, pp. 180
  • Jaime Lorén, José María y Jaime Gómez, José (2008): Catálogo de personalidades destacadas del valle del Jiloca. Publicación electrónica [Descarga del texto].
  • JIMÉNEZ CATALÁN, M.: Ensayo de una tipografía zaragozana del siglo XVII. Zaragoza, pp. 180
  • LATASSA Y ORTÍN, F. (1799): Biblioteca Nueva de los escritores aragoneses. Pamplona, t. III, pp. 348-349
  • Lázaro Polo, Francisco (1990): "Jerónimo Salas Malo y Joaquín Escriche y Martín: Noticias sobre dos personajes ilustres de Caminreal", en Xiloca, 6, p. 203-212. [Texto completo]
  • MARTON, P.: Historia del Real Monasterio de Santa Engracia. Zaragoza, pp. 628-629
  • SÁNCHEZ-MUÑOZ CHLUSOWIEZ, M. (1881): Apuntes críticos y biográficos acerca de los hombres célebres de la provincia de Teruel. Teruel, pp. 78
  • SOLAZ VILLANUEVA, A. (1969): Guía artística de la catedral de Albarracín. Teruel. Teruel, nº 41, pp. 78 y 84
  • ZAPATER, B.: Episcopologio de Albarracín. Manuscrito, nº 2. Archivo catedral de Albarracín