Saz Cantín, Leopoldo
Jotero conocido como "Cachán", nació en Monreal del Campo el 5 de julio de 1898. Fue alumno tan aventajado y despierto que, apenas cumplidos los cinco años, inició sus estudios y prácticas musicales en el Centro adscrito a la Fundación Nuestra Señora del Pilar, regido por los Padres Menores Franciscanos. A los siete, con el apoyo de D. Antonio Mingote Lorente, Director de la Banda de Daroca y Profesor fundador de la nuestra, empezó a tocar la flauta travesera integrándose en la primera Banda de Música con la que contó nuestra villa. Asegura su hijo Federico que no solo conserva la flauta, sino que, además, todavía da fe de su buen sonido.
Predominaba tal disciplina que, además de los ensayos generales, realizados en la sede de la banda, preparaciones especiales tenían lugar, para grupos reducidos, en las casas o dependencias anejas similares, casi siempre alumbrados por escasos candiles. Leopoldo conjuntaba buena parte de estos ensayos en la barbería y debió ser considerado agudo observador e incisivo escenificador, como se deduce de esta popular letrilla: “El Barbero de Monreal / toca unas piezas de horror, / pone los pelos de punta / ¡y así los corta mejor!”
De aquella primera banda, y de las dos primeras rondallas, me han llegado muy reducidas referencias, hasta que aparecen en la localidad dos organizaciones de baile popular: En los años 30 “Los Chatos” tocaban en el local del Centro Radical Socialista, mientras Leopoldo y sus compañeros tenían alquilado el bajo del Casino Agrícola e Industrial, amenizado fundamentalmente por este original cuarteto: Guitarras, El “Tío Casiana” y Juan el “Callejón”; laúd, Leopoldo Saz y, bandurria, su hermano Federico. En los años 40, Francisco, el hermano mayor entre “Los Chatos”, arregló en su casa el local que hemos conocido, donde también triunfó después el acordeonista Moisés.
El “Tío Casiana”, en su cuidado personal, era un destacado esteta que unía a sus habilidades musicales el singular cuidado por la buena apariencia de su imagen. Ha sido estimado como el rondador que mejor lucía en su cabeza el popular pañuelo o cachirulo baturro, después de almidonarlo en sosegado caldo de selecta patata bien cocida.
En 1923 Leopoldo contrajo matrimonio con Bienvenida Plumed Calvo, maestra que ejerció en Monreal en períodos puntuales, hasta 1936, siendo la madre de José Luis, Carmen, Leopoldo, Federico y Guillermo, fallecida en 1943.
A partir de los años cuarenta, de cara a la ilusionada participación en los concursos joteros que iban convocándose, se unieron “Los Chatos” con la laúd de Leopoldo y con la voz de Joaquín Peribáñez, actuando en las ciudades más importantes de la región. En Teruel, el guitarrista Narciso Yepes, excepcional Maestro, estuvo contratado como jurado y votó a favor del conjunto monrealero, aunque nadie duda de esta sospecha: Fue presionado por los miembros locales para que se otorgara el primer premio a la Rondalla “El Torico”.
Leopoldo, con sólida tristeza tras la muerte de su esposa, vivió siempre inmerso en su gusto musical, pegado a la radio, alimentando en sus horas íntimas la grandeza de su espíritu. Nos dijo adiós el día 3 de noviembre de 1965.
Bibliografía
- Hernández Benedicto, José (2010): La jota en el Jiloca: Cincuenta joteros por el valle. Calamocha, Monreal del Campo, Centro de Estudios del Jiloca.