Tropa marroquí (Guerra Civil)

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Conocemos el paso de las tropas marroquíes por el valle del Jiloca gracias a unas entrevistas realizadas por los alumnos del Instituto de Bachillerato de Calamocha, quienes las han colgado como recurso electrónico.

Durante la Guerra Civil española este cuerpo militar fue un poco peculiar. La mayoría vinieron formando parte del ejército que Franco trajo de Marruecos. En su mayoría eran mercenarios que participaban en la Guerra Civil por dinero (200 pesetas al mes, una garrafa de aceite y un pan diario) y por las posibilidades de pillaje. En los años anteriores en las montañas del Rif marroquí hubo muy malas cosechas por lo que había mucho hambre, lo que facilitó el reclutamiento por el ejército franquista. Se estima que participaron 80.000 soldados marroquíes. Se puede decir que no tenían ideología política.

Eran fuerzas terrestres muy útiles para el ejército nacional, ya que constituían una fuerza de choque importante que se empleaba a fondo en los enfrentamientos cuerpo a cuerpo. Eran soldados valientes y dotados de una gran puntería.

No poseían ninguna zona específica donde entrenar. No se les conoció como canciones militares propias, aunque pudieron tenerlas pero la diferencia en el idioma dificultaba su conocimiento por los entrevistados. Los saludos de guerra eran los propios del bando franquista.

Eran conocidos como “moros”. Y su cuerpo militar, la “mehala”. Para llamarlos se les decía “paisa”.

Los que se encontraban en Calamocha pertenecían a la División 13. Esta estaba formada por la Legión (50%) y por el cuerpo de Regulares (la otra mitad) conformadas la mayoría por marroquíes. Era un cuerpo de choque. Por su fiereza a esta división también se le llamó como la de la “Mano Negra”, posiblemente para para intimidar al enemigo.

Llevaban banderines y la simbología del ejército de Franco. Hubo numerosas víctimas marroquíes en el Valle del Jiloca, y fueron enterrados en las afueras del cementerio de Calamocha.


Alojamiento

Los soldados de origen marroquí se alojaban en pajares habilitados para tal fin. Todos los soldados tenían un mismo rango por lo que las distinciones en función de esto no tenían cabida para ellos. Debido a la baja consideración social, no hubo ningún marroquí alojado en casa de un civil español.


Costumbres

Ninguno de los entrevistados conocía ritual alguno de las tropas marroquíes antes de la batalla, sólo que gritaban entre ellos. Quizás rezaban a Alá.

Les gustaba pasear y andar por el pueblo, y presumían de tocar la chirimía (un instrumento de viento) aunque en realidad no sabían lectura musical. Tampoco sabían leer. Muchas veces se dedicaban al pillaje. Otro aspecto importante era que les gustaba mucho comerciar con cosas de poco valor, y una vez estaban asentados, rápidamente montaban sus chiringuitos.

Los enterramientos de los marroquíes que murieron los realizaron en fosas comunes individuales pero no dentro del cementerio cristiano del pueblo, sino al lado de éste. Su religión era la musulmana y rezaban a Alá.

  • Alimentación:

El ejército nacional franquista se encargaba del avituallamiento de las tropas marroquíes. Alguna vez compraban algún producto en las tiendas locales, pero al ser bastante pobres no era muy habitual.

La alimentación era distinta a la del ejército nacional: no podían comer carne de cerdo debido a su religión y exigían que la carne de cordero procediera de animales sacrificados son un ritual especial. Por lo demás la comida era igual a la de los nacionales (patatas, pan, galletas etc.) Podemos decir que la dieta la hacía variar sus costumbres y su menor poder adquisitivo.

Normalmente, compraban tabaco del pueblo en el que estaban alojados, y tenían prohibido beber alcohol. Ninguno de los entrevistados lo sabe con certeza, pero se rumoreaba que traían hachís. Estaban acostumbrados a tomar té todos los días, y al ser pobres, no solían compartir con los civiles españoles sus productos (además de mantener una relación mínima con ellos).

  • Sanidad:

Todos los encuestados que conocieron a los marroquíes coinciden en que poseían una higiene deficiente y eran un poco “sucios”, diciendo también que llevaban piojos.

En cuanto a personal especializado en curación, los marroquíes no traían ni médicos ni enfermeras, sino que eran curados en los hospitales del bando nacional.

  • Vestimenta:

Vestían unos pantalones “culeros” de color verde que se hinchaban al entrar en el agua lo que les hacía flotar. Llevaban un gorro rojo con forma de cilindro que tenía una borla. Sin embargo, cuando pasaban revistas de tropas o acudían a actos militares, llevaban un traje de color caqui-claro.

Al haber poca variación de rango, el uniforme sólo variaba en el emblema y el lavado de ropa no lo hacían las mujeres, sino ellos mismos.

Relaciones

En general, las relaciones entre marroquíes y españoles fueron normales, aunque hubo bastante distanciamiento entre unos y otros, ya que a los marroquíes eran considerados mercenarios poco civilizados.

  • Relación entre los soldados nacionales y las tropas marroquíes:

Las relaciones no eran muy buenas, ya que muchas veces reñían y se peleaban, ya que los legionarios españoles, que muchas veces formaban parte de la división con los marroquíes, iniciaban disputas y peleas.

  • Relación entre los niños y las tropas marroquíes:

Eran normales. Los niños pequeños les solían llamar “paisa” a los marroquíes. Solían conversar algunas veces con ellos con las palabras mínimas entendibles por partes de unos y otros. Muchas veces los niños comerciaban con ellos, dado su afán vendedor.

Don Mariano Soguero, nos cuenta que cuando se encontró con uno, el marroquí le ofreció almendras que acababa de comprar en la tienda de su madre, y en general tiene un recuerdo borroso aunque amable de estos últimos.

  • Relación entre las mujeres y las tropas marroquíes:

En general, las mujeres les tenían mucho miedo a los marroquíes, ya que al estar sus maridos en el frente debían andarse con cuidado, ya que podían abusar de ellas, aunque más bien era una leyenda, porque los marroquíes guardaban bastante las distancias con los pueblos españoles.

  • Relación entre los ancianos y las tropas marroquíes:

Muy poca relación. Si acaso algún español que había ido a guerrear a África en la dictadura de Primo de Rivera, habían conocido allí a marroquíes y los recordaban de entonces.

Véase también

Bibliografía

  • Francone, Michele, coomp. (2008): "Fotografías de la Guerra Civil Española", en Cuadernos del baile de San Roque, 21, pág. 97-102 [Texto completo]
  • Diego Marco, Adrián Domingo, Anchel del Jaime y Alfonso Parrilla (2008): Tropas extranjeras en el bando franquista durante la Guerra Civil Española en la zona del Jiloca. Una visión de la población civil. Recurso electrónico