Geomorfología
La geomorfología es una de las disciplinas de las Ciencias de la Tierra.
La geomorfología de un territorio es consecuencia de la dinámica terrestre, de la interacción de procesos geológicos internos y externos. Concretamente, en la comarca, la geodinámica interna es la responsable de las estructuras mayores, de los grandes pliegues y fracturas como son Sierra Menera, sierra de Cucalón, depresión endorreica de Gallocanta, encajamiento del Jiloca, etc. Por otro lado, los procesos erosivos, la geodinámica externa, modela las estructuras anteriores, y en última instancia, la propia naturaleza de los materiales es la responsable de la morfología actual. Así por ejemplo, las cuarcitas ordovícicas, rocas de mayor dureza, ocupan las crestas más elevadas, mientras que pizarras o arcillas aparecen en vaguadas y valles. La cota de mayor altitud corresponde al vértice San Ginés (1.603 m).
En resumen, la comarca está conformada por una serie de estructuras mayores, que a modo de bandas se disponen siguiendo la directriz ibérica (NO-SE). De Oeste a Este, estas son las siguientes: Sierra Menera, Parameras de Blancas-Odón, Gallocanta, Alto Jiloca, Paleozoicos del Jiloca Medio, Campo Romanos-Cuenca del Pancrudo, Sierra de Lidón y Sierra de Cucalón.
Todas ellas son estructuras generadas en la orogenia alpina, proceso complejo, que se desarrolla desde los tiempos mesozoicos hasta la actualidad. La fase orogénica principal tuvo lugar en el Oligoceno, hace unos 30 millones de años. En esa época se originaron los pliegues y estructuras mayores, pero eso no quiere decir que ya finalizara la orogenia; posteriormente, durante el Mioceno, Plioceno y Cuaternario, se produjo el reacomodo de aquellas estructuras y aparecieron fracturas que condicionaron la existencia de las cuencas miocenas y cuaternarias posteriores.
Respecto a la morfología, añadir que el dominio morfoestructural paleozoico presenta un relieve abrupto, sobre todo en el Jiloca medio, como consecuencia de las fracturas y fallas que permitieron su encajamiento. Los niveles duros, sobre todo los de cuarcitas, se modelan en forma de cuestas y lomas redondeadas, generalmente de poca continuidad por las numerosas fallas transversales que los intersectan.
El dominio mesozoico presenta, en con¬junto, formas alomadas; únicamente en la sierra de Lidón aparecen cuestas y alguna cresta verticalizada. En la zona O y SO, se reconocen superficies de erosión sobre los materiales carbonatados, con gran desa¬rrollo y continuidad, aunque muy degradadas por los procesos kársticos actuales.
El dominio terciario es predominantemente horizontal y está constituido básica¬mente por una meseta de bordes dentados, muy netos, originados por la acción fluvial, remontante sobre los niveles calizos horizontales (Campo Romanos). Los materiales detríticos subyacentes a las calizas poseen una intensa red dendrítica, siendo espectaculares las cárcavas en ellos origi¬nadas, por ejemplo los Pagos de Navarrete.