Juego de bolos (Fuentes Claras)

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grupo jugando a los bolos

Este juego es practicado en Fuentes Claras por las mujeres. Los juegos de bolos practicados por mujeres suelen estar formados por nueve piezas, pero este está formado por diez. Los bolos son nueve peones con una corona en la parte superior y una altura de setenta centímetros y un rey coronado con tres coronas y con una altura mayor y con una marca en su centro que servirá para dibujar el círculo y colocar los bolos.

No está muy claro por qué se juega con un bolo más, las mujeres de Fuentes Claras dicen que siempre han jugado de esta manera. Una posible explicación pudiera ser que el carpintero de la zona hiciese uno más para que en el momento que uno de los peones se rompiera o se deteriorase pudieran sustituirlo.

Para lanzar se emplean dos lanzaderas o mazas cilíndricas de veinticinco centímetros de longitud. El terreno adecuado para jugar a estos bolos es un espacio llano y sin obstáculos.

En Fuentes Claras, encontramos una gran tradición en torno al juego de bolos. En cada calle había un corro de jugadoras, recuerdan algunas. Como la calle de la Talega, la Dehesa, San Ramón, Lagasca, etc. Se jugaba de toda la vida y casi todas las tardes, sobre todo en invierno. Las normas de juego, las pasaban de madres a hijas. Durante unos años estuvo a punto de desaparecer el juego, pero las abuelas transmitieron las normas y, gracias a ello, no se perdieron. Cada cuadrilla tenía su juego de bolos, que compraban entre todas. La zona de juego era en tierra y por parejas. Los bolos se colocaban en círculo, y éste se hacía tomando como referencia el diámetro del rey. Son nueve bolos los que se emplean en el juego y uno un poco más grande, al que se le denomina rey. En total son diez bolos. Las mujeres más mayores dicen que siempre se ha jugado con diez bolos y que no hay que intentar buscar explicaciones extrañas. Las bolas son alargadas, son dos y marcan la distancia de colocación, entre bolo y bolo.

La línea de tiro, se marca a doce pasos y a tres metros de los bolos, se marca la rebatida, no hay una zona fija de colocación. Según la hora del día, se busca que el sol no dé en la cara al tirar. La bola mide unos veinticinco centímetros de largo y ocho de ancho, los bolos unos setenta de altura y nueve de base, y el rey ochenta y siete de alto y nueve de ancho.

Las parejas para jugar, se hacen entre amigas, y para marcar el turno de salida, uno de los miembros de cada pareja lanza el bolo desde la zona media de donde se colocan los bolos, en la parte de fuera del círculo. Gana la jugadora que deja la cabeza del bolo más cerca de la línea y así sucesivamente. Una vez marcado el terreno de tiro, cada pareja comienza el juego lanzando la bola desde la línea de tiro. Si no derriba ningún bolo no tiene derecho a rebatida: hay que tirar, al menos, un bolo, para adquirir el derecho. Cada vez que se lanza a los bolos, éstos se plantan y vuelven a contar todos. Si al lanzar la bola se saca el rey fuera del círculo, sin tirar ningún otro bolo, vale diez puntos. Cada bolo tiene el valor de un punto, frente al rey que vale dos.

La primera pareja que hace treinta y seis puntos gana la partida. Si se pasan, vuelven a treinta. Se puede llegar a volver en tres ocasiones. Si se pasan la tercera vez, están eliminadas. Al lanzar la bola, no se puede pisar la línea de salida, porque, si no, se anula la jugada. Durante el desarrollo del juego, no importa qué miembro de la pareja tira primero y el orden de tirada; pero cuando se va a terminar, la norma dice que el primero que tira, rebate y no se puede cambiar. Actualmente no se juega todos los días, sobre todo en invierno, que es cuando se suele dejar de jugar y se retoma en primavera. Juegan por las tardes y es un buen momento de expansión. Hubo unos años en los que el juego se dejó de practicar, pero nos dicen que tuvieron la suerte de que Tomas Cabeza, un vecino del pueblo que estaba fuera, pero que tenía gran interés por los juegos tradicionales, junto con Fernando Maestro, estuvieron haciendo entrevistas a la gente mayor del pueblo, sobre todo a las más abuelas, y onsiguieron recoger las normas, las escribieron, y animaron a las mujeres a jugar. El ayuntamiento compró unos bolos para que fuera más fácil comenzar a jugar de nuevo. Por los años que llevan jugando, calculan que fue a finales de los años ochenta.

Algunas jugadoras que encontramos en Fuentes Claras, que ya jugaron en las primeras décadas de siglo, son Felicidad Bretón, Victoria Zorraquino y María Rodrigo. Algunas de las que han contribuido a que el juego vuelva tener el esplendor de otros tiempos son Rosa Moreno, Gloria Latorrre, Concha Pérez, Tránsito Moreno, Amada Pérez, Auria Bruna, Caren Torrijo, Ángeles Jordán, Felisa Rando, Encarna Sánchez, Juana, Rosa Mª, etc. Actualmente, además de las tardes en que se juntan a jugar, hay tres ocasiones a lo largo del año que realizan competiciones: para la romería de San Marcos, en la fiesta de San Pedro y para las fiestas mayores de septiembre.


Bibliografía

  • LUCAS RECIO, Raquel (2008), Juegos tradicionales en las comarcas del Jiloca y campo de Daroca, Centro de Estudios del Jiloca, Calamocha, 143 pp.