Segunda República
La instauración del régimen republicano en abril de 1931 se vivió como una gran fiesta popular y se festejó como el inicio de una nueva época para la historia de España. Las masas se echaron a la calle, sobre todo en las ciudades, pero los pueblos pequeños también participaron de esta celebración. Las primeras semanas fueron realmente esperanzadoras, y la gente depositó toda su confianza en el nuevo estado.
El gobierno republicano intentó solucionar los grandes problemas que habían limitado en los últimos tiempos la evolución histórica de España e impedían su modernidad, incluyendo en estos el problema agrario, el militar, el religioso y el separatismo de algunas regiones. El presidente Azaña, usando del poder republicano, intentó transformar el estado desde la moderación y crear las bases de una nueva sociedad, abriendo un marco de libertades que permitirían expresarse a todos los sectores de la sociedad, incluyendo a los partidos proletarios.
El final de la República y la represión
La II República acabó en el valle del Jiloca el 19 de julio, cuando la Guardia civil sustituyó a los miembros de los Ayuntamientos pertenecientes al Frente Popular por una comisión formada por personas afines al PRR o representantes de Corporaciones anteriores a la República. Con el inicio de la Guerra Civil, la mayoría de los dirigentes políticos afines al republicanismo de izquierdas sufrieron persecución política y represión por el simple "delito" de ostentar cargos públicos o militar en determinadas organizaciones sindicales. En varios casos esta represión desembocó en el fusilamiento.
Bibliografía
- Aldecoa Calvo, José Serafín (2006): "La Segunda República y la Guerra Civil (1931-1939)", en Historia de Monreal del Campo, Monreal, p. 235-252 [Texto completo]