Accidente ferroviario de Entrambasaguas
El accidente se produce por el colapso del puente denominado “de Entrambasaguas”, en la noche del 23 de junio de 1904, en la línea del Ferrocarril Central de Aragón, sobre un arroyo afluente por la izquierda del río Jiloca, en un punto próximo a su desembocadura, al paso del Correo número 6, de Valencia – Calatayud, que posteriormente se incendió por completo. La causa del derrumbe del puente fue una fuerte tormenta caía sobre la zona, provocando daños en varios puntos de la línea del Central de Aragón, y la crecida del río Pancrudo y del mismo Jiloca, que afectaron a la estabilidad de la infraestructura. El desacarrilamiento del tren pasó pronto a formar parte de la memoria popular de los turolenses y en el valle del Jiloca ha perdurado hasta nuestros días. No fue, sin embargo, un accidente espectacular ni especialmente mortífero. Al paso del tren el puetne se desplomó, provocando un incendio de la locomotora y cuatro de las unidades que remolcaba el tren. En total murieron cinco personas: el maquinista y el fogonero de la locomotora y tres padres escolapios que viajaban en el primer vagón.
El número de fallecido fue limitado, al igual que los daños materiales. Ni siquiera fue el accidente más mortífero en esta linea, pues en diciembre de 1966 hubo un choque de trenes en Villafranca del Campo donde murieron 22 personas. A diferencia de este último, ocultado en gran parte por las autoridades franquistas, el accidente de Entrambasaguas fue publicado y difundido en toda la prensa nacional, convirtiéndose en primera plana de muchos periódicos madrileños y multiplicando su impacto social. En el segundo semestre de 1904 se han podido contabilizar 56 reseñas, noticias y columnas de opinión sobre el accdente en la prensa nacional, además de incluir varios reportajes en la inicipente prensa gráfica, con abundantes fotografías e ilustraciones. El interés informativo por el descarrilamiento de 1904 fue muy importante desde el primer día. Además del propio suceso, fuera más o menos sensacionalista, debieron coincidir otra serie de factores que explican ese desmedido interés de la prensa en general.
La línea del ferrocarril Central de Aragón era en ese momento una de las más modernas de España, pues se había inaugurado en agosto de 1901, tres años antes del accidente. Ahora bien, la compañía que la había construído y gestionaba, controlada por un grupo de empresarios belgas, había sido objeto de numerosas denuncias por parte de algunos partidos de la oposición, acusándola de recibir desmedidas subvenciones públicas del Estado y utilizar materiales de escasa calidad. El descarrilamiento de Entrambasaguas no hizo sino confirmar estas sospechar, sirviendo de argumento para arremeter duramente contra el Gobierno.
Bibliografía
- Alcolea, Ana (2016): "Un cuento con tren", Heraldo de Aragón, 17 de julio de 2016, p. 56. [Descargar artículo]
- Benedicto Gimeno, Emilio (2014): "El accidente ferroviario de Entrambasaguas", Turolenses, Nº. 2, págs. 4-5.
- Martín Soriano, Agustín y Martín Tolón, Ana V. (1998): "La catástrofe ferroviaria de Entrambasaguas", en Xiloca, 22, p. 37-47 [Texto completo]