Urbanismo de Daroca
En el momento en que los árabes decidieron fundar la ciudad de Daroca, en la segunda mitad del siglo VIII, lo hicieron en la solana del cerro de San Cristóbal, al amparo del castillo, ocupando la parte alta de las actuales calles de la Grajera y Valcaliente, y protegiendo probablemente la ciudad con una muralla. Daruqa se convirtió en una ciudad de cierta importancia, con sus mezquitas, baños y demás servicios públicos.
La configuración medieval
Cuando Alfonso I conquistó la ciudad hacia 1120 se ocuparon naturalmente el espacio y los edificios existentes y se procedió a crear una plaza fronteriza, bien defendida por un gran cinturón de murallas, capaz de albergar un gran número de gente con sus ganados y pertrechos.
La ampliación del núcleo original se hubo de hacer hacia el barranco y al otro lado del mismo, hacia el cerro de San Jorge; en ese barranco o rambla Fondonera, que se convertiría en calle Mayor, es en donde se asentaron en principio los nuevos pobladores procedentes de Francia, Navarra y Castilla.
A los musulmanes se les asignó una zona más próxima a la Puerta Baja, a la izquierda de la calle Mayor, y a los judíos, otra zona junto a la Puerta Alta, bajo el castillo.
Las antiguas mezquitas se convirtieron en iglesias cuya construcción se realizó durante los siglos XII y XIII. Se edificaron hasta catorce iglesias: Santa María, San Juan, San Andrés, San Pedro, Santiago, Santo Domingo, San Miguel, San Lorenzo, San Martín de la Parra, San Valero, San Cristóbal, Santa Lucía, San Marcial y San Jorge. En estos momentos Daroca llegó a tener 4000, hacia 1230.
Se fueron edificando conventos de templarios y hospitalarios, casa del Obispo, junto a la iglesia de Santa María, un conjunto de casas, “ la Almunia”, de propiedad real que eran el horno, la carnicería, la tintorería y los baños, junto a la puerta Baja.
De todas las iglesias, algunas desaparecieron muy pronto como parroquias y como edificios; otras permanecieron hasta entrado el siglo XX.
La ciudad actual
Daroca es una ciudad amurallada, con algunos tramos restaurados hace poco tiempo que ayudan a conservar el espíritu medieval de esta ciudad. La Calle Mayor es el eje de la población, con una serie de calles a derecha e izquierda que descienden hacia la misma.
La zona de la derecha, partiendo de la Puerta Alta, es la más amplia y conserva toda la estructura de la ciudad musulmana, con el barrio de la antigua judería al pie del castillo: la zona de Barrio Nuevo y la calle de Hiladores, y la ciudad árabe en torno de la colegial de Santa María y calle de la Grajera, la calle e iglesia de San Juan, las iglesias de Santo Domingo y San Miguel con la calle Valcaliente que desemboca junto a la Puerta Baja.
Las calles del lado izquierdo responden a un nuevo concepto de urbanismo: el de la repoblación: son las calles de San Jorge y Santa Lucía, en donde estuvo la iglesia de esta Santa, una serie de calles que terminan en la Mayor mediante pasos elevados; en la parte baja está la plaza del rey, sede de la antigua mezquita y centro en aquel tiempo de la morería; y junto a ella, el antiguo solar de San Blas, después de Merced, al lado de la Puerta Baja.
De las antiguas iglesias quedan la de San Juan de la Cuesta, con pinturas murales del titular en el ábside; la de San Miguel, también con ricas pinturas murales y un coro de singular valor; la de Santo Domingo, con su bella torre mudéjar, almacén de ricos retablos y cuadros, que debería convertirse en singular museo; y la iglesia Colegial de Santa María de los Corporales.
Destacan abundantes restos de casas y palacios, desde el siglo XV al XX, a lo largo de toda la calle Mayor, la Grajera y Valcaliente, entre los que sobresale el palacio del Papa Luna.
Fuera del recinto amurallado, hacia el sur, quedan los restos del antiguo Hospital de San Marcos con la iglesia de la Trinidad, los restos del convento de Nuestra Señora del Rosario, de Madres Dominicas, la Fuente de Veinte Caños, del siglo XVI, y el Paseo del siglo XVII con el Ruejo y su entorno.
Bibliografía
- Esteban Lorente, Juan Francisco y otros: Inventario artístico del partido judicial de Daroca. Realizado en los años 1975-1980 y revisado por Fabián Mañas Ballestín en 1999. Inédito.
- CORRAL LAFUENTE, José Luis. Historia de Daroca, Daroca 1983, pp. 47-57.
- MARTÍNEZ GARCÍA, Francisco, CORRAL LAFUENTE, José Luis y BORQUE RAMÓN, Juan José: Guía de Daroca. Centro de Estudios Darocenses. Zaragoza, 1987, PP. 33-39.
- PÉREZ GONZÁLEZ, Mª Dolores. Urbanismo en Daroca. Nacimiento y desarrollo de Daroca. Del Molino, Daroca, 1982.