Masada
A la hora de plantear la cuestión del origen del término o vocablo masada, mas o masía, debemos atender a sus raíces etimológicas y parece que es algo común y admitido por los especialistas, la existencia de una relación lingüística entre el mansus latino (forma verbal derivada de manere que significa "permanecer”), el manso medieval y el mas o masada que empieza a surgir como tal acepción a partir del siglo XVI, perdurando hasta nuestros días. Parece unánime el hecho de afirmar que el vocablo masada se identifica con una “casa de campo aislada”, frecuentemente alejada del núcleo de población.
Estas formas de hábitat disperso (llámese masía, mas o masada) se corresponden con un poblamiento diseminado en el que las viviendas se encuentran dentro del espacio agrícola, ganadero y “forestal” que cada familia o grupo humano explota, estando más o menos distantes unas de otras y dependiendo en última instancia de un núcleo o villa central para determinados servicios públicos.
Las masadas del Jiloca son conjuntos o complejos formados por una vivienda – casa para habitación y una serie de anexos o dependencias anejas a él o más o menos dispersas, y relacionados con los modos de explotación del territorio y el abastecimiento de recursos (pozos, aljibes, hornos de pan cocer, palomares, abejares, graneros, bodegas,...). La importancia de estos elementos vendrá determinada por la actividad predominante en cada caso, dándose tipos o especializaciones cerealistas, ganaderos o mixtos y todo ello concebido como una unidad de producción o explotación agropecuaria de tipo familiar, asentada en un espacio con una marcada diferenciación funcional, que dispone de sus propias tierras de cultivo y aprovechamiento.
Por tanto la importancia de estas construcciones viene determinada no sólo por su carácter patrimonial o arquitectónico, sino por ser reflejo de un tipo de explotación rural compleja hoy desaparecida y que tradicionalmente tenía como finalidad la subsistencia de un grupo familiar basada en el policultivo y la ganadería.
Construcciones o complejos de este tipo se documentan fundamentalmente en la zona del valle alto y medio del Jiloca, así como en la Cuenca de Gallocanta, Campo de Romanos, valle del Pancrudo y serranías laterales del valle del Jiloca.
En la zona de las Comarcas de Campo de Daroca y Calatayud se documenta un tipo de hábitat disperso ligado a unas construcciones denominadas en la zona como torres, cuya característica más relevante es su localización preferente en la zona de vega del río. La tipología de las construcciones y del complejo es diferente a la de las masadas propiamente dichas, con edificaciones para vivienda con mayor desarrollo vertical (más pisos en altura) que viene a compensar el reducido espacio de planta de las mismas (lo que interesa en último término es aprovechar al máximo el rico espacio cultivable de la vega).
Cuando dos o más construcciones diseminadas (en todo caso siempre un número reducido de éstas) se localizan próximas unas de otras, puede aparecer una nueva entidad de hábitat como es el caserío.
Comarca del Jiloca
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Campo de Daroca
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Comarca Comunidad de Calatayud
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Comunidad de Teruel
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El tema del poblamiento disperso en el valle del Jiloca ha sido tratado también en las siguientes voces: