Santuario de Nuestra Señora de la Langosta

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Ermita de la Langosta
Vista de la vieja ermita de la Langosta

Santuario ubicado en el término municipal de Alpeñés, sobre un antiguo despoblado medieval denominado Langosto. La Ermita de la Virgen de la Langosta fue ampliada según las trazas de Juan Filiú, hechas en 1676. Por entonces este Maestro de Obras dirigía la construcción de la Iglesia de Muniesa. Las obras, que costaron 750 escudos, fueron dirigidas entre 1678 y 1691 por un Maestro de Obras llamado Juan Felipe. ¿Se trata de Juan Felipe Ibáñez o del propio Juan Filiú? ¿Son la misma persona?

Era un edificio de mampostería de una sola nave, con dos capillas laterales, cubierta con bóveda vaída y cúpula en el crucero, según descripción de Pedro Hernández Izquierdo en la obra colectiva “ Guía para visitar los santuarios marianos en Aragón.” En los años 60 fue abandonado ante el mal estado general y sustituido por una edificación moderna.

Tradicionalmente se representaba un dance.

La primitiva ermita de la Virgen de la Langosta, obra del siglo XVII, había sido encargada al maestro Juan Felipe en 1678 según los planos dados por el maestro que estaba trabajando en la iglesia de Muniesa. Fue concluida en 1691, como consta en la fecha inscrita en la portada. Se hundió en los años setenta y con ella las casas que contenían las veinticinco habitaciones correspondientes a cada uno de los pueblos que componían la hermandad. En ella se reunían anualmente los pueblos de las inmediaciones siendo un claro ejemplo de romería supralocal.

El retablo mayor, que había sido encargado al taller de Francisco Ascoz de Barrachina en 1684, se trasladó a la parroquia de Cella, y el dedicado a la Virgen del Pilar, que había sido realizado por José Ascoz del mismo taller en 1678, se conserva en la iglesia de Alpeñés, aunque ha perdido algún lienzo.

En 1981 se inauguró la nueva ermita de la Virgen de la Langosta. Es un templo de nave única realizada en ladrillo y encalada toda ella salvo unas curiosas ventanas geminadas muy estrechas, las esquinas y el pórtico sobre el que aparece una pequeña espadaña. Su valor artístico es muy relativo.

El santuario recibe a numerosos pueblos de la contornada en dos ocasiones:


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Bibliografía