Botánica

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La totalidad del valle del Jiloca se sitúa dentro del piso bioclimático supramediterráneo, aquel en el que las temperaturas medias anuales se encuentran entre los 8 y los 12 ºC. A tenor de los datos de precipitaciones le corresponde un ombroclima seco, por tener valores de precipitación comprendidos ente los 350 y los 600 mm.

La botánica es la disciplina biológica que se encarga del estudio de las plantas, al igual que la zoología se encarga de los animales, aunque ambas disciplinas conviven cuando se trata de analizar los diversos hábitat del valle del Jiloca.

Las plantas que componen la flora del territorio tienden a distribuirse por aquellas zonas que les ofrezcan las condiciones ambientes que requieren para poder sobrevivir con éxito. Además, las especies que presentan requerimientos similares tienden a agruparse formando unas estructuras complejas conocidas con el nombre de comunidades vegetales.


Comunidades vegetales

Sabinar de Olalla

Si pudiéramos conocer cómo era la cubierta vegetal del valle del Jiloca antes de intervenir el ser humano encontraríamos unos densos bosques de planifolios de hoja perenne y marcescente que, desde las montañas, descenderían hasta imbricarse en los amplios sotos de caducifolios que orlarían las riberas del Jiloca, Pancrudo, Huerva y su red de arroyos y ramblas deudoras. En las zonas donde afloraban los roquedos (crestas, cantiles y páramos) o en los claros del bosque resultantes de los esporádicos -pero extensos- incendios naturales causados por el rayo, predominarían los matorrales y los pastizales, permaneciendo en el tiempo en los ambientes rupícolas o evolucionando hacia el bosque en las áreas afectadas por el fuego mediante el proceso de sucesión ecológica. Ambientes más localizados, como son los aljezares, los canchales, las charcas y lagunas tendrían comunidades de herbáceas adaptadas a sus singulares factores abióticos. Esta sería la vegetación potencial.

La vegetación que encontramos en el valle del Jiloca actualmente es producto de una intensa relación, prolongada a lo largo de los siglos, entre el hombre y la naturaleza. Los bosques han proporcionado combustible para los fogones y estufas, además de madera para fabricar herramientas. Los sotobosques fueron desforestados para proporcionar pastos a los ganados. Las tierras más bajas de los glacis fueron roturadas para cultivos de secano. En las terrazas fluviales más altas se situaron las huertas, extendiéndose lentamente y acabando poco a poco con los sotos fluviales. Las guerras, incendios, repoblaciones, venta de bienes comunales, etc. también influyeron en el paisaje, acentuando o ralentizando los procesos de roturación y humanización del espacio. El paisaje conformado a lo largo de los siglos, por los factores citados, dista bastante del original. La acción humana ha influido en la vegetación en mayor grado que el propio clima o el suelo.

Catálogo sistemático

Orquídea Anacamptis
Orquídea Dactylorhiza

Otra forma de descubrir la botánica es a través de las especies. La participación de los estudiosos de la flora está permitiendo realizar un amplio catálogo sistemático de las plantas más importantes del valle del Jiloca, con lo que podremos realizar un catálogo fotográfico y un atlas de su localización y distribución. Se han clasificado en reinos vegetales, división y subdivisión, aunque su mayor interés se encuentra a nivel de especie:

Dentro de este último grupo merece la pena destacar a la familia de las Orquídeas, unas plantas muy buscadas por los amantes de la botánica a causa de su colorido y belleza.

Botánicos

La riqueza botánica del valle del Jiloca ha sido apreciada por numerosos botánicos a lo largo de la historia, muchos de ellos compaginando su trabajo en boticas o farmacias con la recolección de nuevas plantas o el estudio de la vegetación:

Bibliografía

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