Torre los Negros

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Torrelosnegros.jpg

En pleno Sistema Ibérico, entre atractivos y poco conocidos parajes naturales alrededor del río Pancrudo, se encuentra esta localidad a 1.083 metros de altitud, rodeada por los términos de Torrecilla del Rebollar, Fuenferrada, las Cuevas de Portalrubio, Corbatón, Pancrudo, Cosa, Bañón y El Villarejo. Está a 24,5 kilómetros de Calamocha, cabecera comarcal, y a 80 de Teruel.

En la Edad Media y Moderna, hasta el siglo XIX, formó parte de la antigua Sexma de Barrachina, en la Comunidad de Aldeas de Daroca.

Su término municipal tiene una extensión de 2.908 hectáreas en las que predominan los cultivos de secano, pues apenas tiene 40 de regadío distribuidas en pequeñas huertas. Ya Pascual Madoz describía el siglo pasado su situación en los términos siguientes: "… entre dos cerros en la margen derecha de un arroyo que sube desde Pancrudo a unirse con el río Pelarda … tiene telares de lana para consumo del pueblo, ganado lanar, algún vacuno, caza y agricultura".

En la actualidad su riqueza se basa en el trigo y la cebada, que se comercializan en la coperativa local, se explotan diversos rebaños de ganado lanar, tiene el término acotado para la caza y en el río pueden pescarse cangrejos, truchas y barbos, a la sombra de excelentes chopos cabeceros. Dispone la localidad de dos básculas públicas.

El censo actual es de 98 habitantes con un alto grado de envejecimiento. Al iniciarse el siglo XX contaba con 444 almas, cifra que se mantuvo hasta mediados del mismo en que, al igual que las demás localidades de la comarca, vio descender este número hasta la cifra actual. En 1988 desapareció la escuela pública, y hoy no existe ninguna licencia de actividad comercial.

La atención sanitaria depende de Calamocha, y las actividades sociales y recreativas se organizan desde el antiguo teleclub, hoy reconvertido en una moderna construcción conocida como Centro Social Padre Selleras, en la que tiene su sede la asociación cultural de este mismo nombre que se encarga de organizar las fiestas de verano así como la edición de Gileta.

De su pasada riqueza recordar que existió una tejería de la que se conservan restos de su bóveda rojiza; también las aljeceras o sus patatas de secano para siembra; gozaron de gran popularidad sus esquiladores quienes, tras acabar el esquileo de las ovejas de la zona, se desplazaban junto a los de Cutanda del 20 de abril al 28 de junio aproximadamente a vecinas comarcas zaragozanas.

Dispuso antaño de numerosos abejares que eran pequeños casetos u hornos, ubicados en distintas partidas del término, y que proporcionaban diferentes mieles conocidas como de la Torre, Roya o Blanca, según la variedad de las flores que libaban las abejas. Se vendía esta miel en carricos tirados por machos de forma ambulante por los pueblos de la contornada, mientras que la cera de los colmenares se llevaba a la fábrica de velas que en Barrachina tenía la familia Catalán. Todavía hoy quedan restos de cuatro de estos abejares, siendo el de La Cañada el mejor conservado.

Junto a la Fuente del Piejo y el río Pancrudo existe una pequeña edificación con su maquinaria intacta que, movida por fuerza hidráulica, elaboraba antaño un excelente chocolate. Surgió esta Chocolatería, como aún se la conoce, de la unión comercial de Eligio Domingo Yuste y de Juan Sánchez Juan que formaron la sociedad Sánchez–Domingo comenzando a fabricar chocolate en 1904, permaneciendo en activo hasta poco antes de la guerra civil. Felisa, la hija de Juan, conocida asimismo como La Chocolatera, participó también en la fabricación de este producto que se vendía con el nombre comercial de La Verdad, tenía una gran calidad por las excelentes materias primas usadas de cacao, avellanas y almendras. Todavía se recuerdan las baturradas impresas en los envoltorios, creadas generalmente por Félix Sánchez.

Hasta la primera mitad del siglo XX tuvo importancia la transformación de lana y cáñamo en pequeños talleres artesanos y en labores caseras. Hoy todos ya desaparecidos.

TOPONIMIA Y MEDIO NATURAL

El nombre de Torrelosnegros parece proceder del gentilicio torrero, tal vez por alguna fortaleza fronteriza levantada en las inmediaciones por Ramón Berenguer IV hacia la mitad del siglo XII; y sus vecinos son conocidos de forma cariñosa con el apelativo de notarios, tal vez por sus conocimientos y sabiduría popular. Su término goza de una extensa toponimia que procede de su abrupta orografía, variedad de partidas en la que viven numerosas plantas medicinales, fuentes que proporcionan agua de excelente calidad, despoblados, barrancos, ramblas, etc.

Destacan como principales altitudes los picos del Estepar y los Cuartones; en las inmediaciones del núcleo urbano se encuentran los cerros del Calvario, Gileta, Cabezo Redondo y Rebollar. En los mismos se hallan cavidades como las de Covachos, barrancos como los Chopos, Vasqueruela o de los Machos, así llamado el último pues allí se arrojaban los cadáveres de los animales muertos; ramblas como las del Povar, el Tejar, el Pinar o los Hocinos.

Al agua de la Fuente del Padre Selleras se le han atribuido virtudes medicinales en las enfermedades de la piel. Aunque el agua corriente llega al pueblo procedente del barranco del Palomar, puede decirse que en cada partida brota un manantial de excelente agua como la de las fuentes del Chorrillo, Piejo, Godos, Clara, Pedro Chovas, Zarzuela, Majuelo, Juanpudrida, Pedro Manco, la Teja, Hoyuelos, Calixto, Solano, Santanares, etc., que son expresión de la riqueza hidrológica del subsuelo de Torrelosnegros. Por cierto, debemos notar que el topónimo Juanpudrida de una de las fuentes, refuerza la hipótesis de nuestro amigo y consocio Pascual Crespo, en el sentido de hacer derivar en Aragón el término fuente de la palabra juan, lo que la haría significar algo así como Fuente Podrida.

Existen en el término diversos despoblados con una variedad de restos arqueológicos testigos de pasadas civilizaciones, como Lloros en la Sierra de Castelloros, según Labaña a un cuarto de legua de la población; Villagarda y San Miguel en la Sierra de Lidón de época ibérica; la aldea de Zarzuela ya medieval; los Aljeceros con restos humanos orientados hacia el sol dispuestos bajo losas; el cerro de la Cesta, también medieval con funciones defensivas, que al parecer se comunicaba con el castillo de Cutanda.

ESCUDO

En su obra sobre Heráldica Aragonesa, los profesores Guillermo Fatas y Guillermo Redondo lo definen en los términos siguientes: "De realengo … con armas. De plata, torre donjonada tenida en alto por dos hombres negros que en otras representaciones (y en la que usa el concejo hoy día) son tres, figurando el tercero como soporte de la torre. Es un caso típico de heráldica parlante. Se timbra con corona real cerrada".

Este escudo de armas ha sido transmitido de los tiempos pasados y aceptado por los actuales torreros, que lo usan en el ayuntamiento y en las diversas asociaciones como sello y timbre oficial, pero que carece de reproducción física antigua, lo que contrasta con la presencia de blasones en piedra en las portadas de algunas casas principales.

Demografía

Variación demográfica del municipio entre 1990 y 2023
Año 1900 1910 1920 1930 1940 1950 1960 1970 1981 1991 2001 2004 2021 2022 2023
Habitantes 444 460 462 456 410 396 347 239 102 66 98 94 82 81 76

Además de la propia localidad, la población residía en masadas y caseríos cercanos. En el censo del año 1860 aparece el molino de Antonio López como asentamiento humano disperso.

Algunos datos de su historia

Depositada en el Museo Provincial de Teruel se halla una interesante colección arqueológica procedente de la partida de la Zarzuela, con materiales líticos de la industria de la Edad del Bronce, localizados en las prospecciones realizadas por el vecino de la localidad Melchor Vicente en 1955, estudiados por E. Vallespí en 1958 y comprobados en 1988. Estos restos dan idea de la antigüedad de los habitantes de esta localidad, en la que tampoco faltan otros asentamientos ibéricos y celtibéricos.

Topónimos como Povar, Tejar o Cesta, así como la propia fortificación de la torre, permite fijar su existencia en la época del Cid Campeador. Debió de ser torre de vigilancia en la etapa musulmana, conquistada luego por Alfonso I en la batalla de Cutanda. De nuevo volvió a poder musulmán a la muerte de este rey, para ser reconquistada por Ramón Berenguer IV entre 1142 y 1150. Formó parte de la línea fortificada que iba de Segura de Baños a Torrecilla del Rebollar, que sirvió de defensa primero contra los ataques árabes y luego en las guerras con Castilla.

En el censo de diezmos y primicias de las aldeas de la Comunidad de Daroca de 1205, Torrelosnegros esta asignado a la iglesia de San Pedro del arciprestazgo de Daroca, del que seguía dependiendo en 1280, todo ello dentro de la Sesma de Barrachina. Fue tierra de realengo, aldea hasta 1711, lugar en 1785 con ayuntamiento propio desde 1834; dependió del partido judicial de Segura y de Montalbán, como recogen todavía algunos azulejos en las calles, hasta que en 1965 se incorporó al de Calamocha.

Según el censo practicado en 1373 que obra en el libro del Moravedí correspondiente, "fueron asignados como jurados para esta aldea Pero Pérez et Stevan de la Torre, vecinos de dicho lugar, registrándose 25 moravedís fijos y 7 dudosos, testimoniando su veracidad Miguel Royo, notario, y Antón Marín, ambos asimismo vecinos de Torre los Negros". Posteriores censos daban 36 fuegos en 1387, 36 casas en 1414, 38 moravedís y 25 fuegos en 1488, 34 en 1495, 25 en 1510, etc. Por otra parte el registro de los infanzones de la Comunidad de Daroca realizados en 1373 y 1387-1388 no dio ninguno en la localidad.

Recientes investigaciones sobre la documentación darocense citan a Torrelosnegros en algunas órdenes reales o privilegios, como el que en 1394 liberaba a su vecino Miguel Royo de trabajar en las obras de los muros de Daroca, o el que en 1471 dispensaba ciertos privilegios a Joannem Garces, de Torrelosnegros. También a un Juan Garcés, asimismo vecino y notario de esta localidad, se le abrió a fines del siglo XIV un proceso inquisitorial acusado de ser adivino y se le impuso por pena la abjuración pública en la iglesia.

En el siglo XVI la familia Garcés era la mayor propietaria del pueblo, controlando grandes extensiones de terreno así como el molino harinero. Mediante enlaces matrimoniales con otras familias poderosas de la comarca, ya en el siglo siguiente estaban bien asentados en Fuentes Claras y en los comienzos del XVIII adquirieron la mitad del palacio de los Vicente Íñigo que todavía hoy se conserva en la calle Mayor de Calamocha. A partir de entonces los Garcés de Marcilla de Calamocha, originarios en parte de Torrelosnegros, se configuraron como una de las familias más poderosas de la comarca.

Sus abruptas serranías fueron testigo de varias escaramuzas en las guerras carlistas y en la pasada contienda civil, sobre todo en la zona de Villahermosa, pues en la rambla de Povar estaba la posición que defendía el pueblo protegida por el parapeto de los Cabezos, como segunda línea de avanzada cerca ya de la Venta del Diablo donde estuvo mucho tiempo el frente de guerra.

Patrimonio arquitectónico

La Iglesia es de reciente construcción, tras la destrucción del antiguo templo en 1935. Quedan restos de tres ermitas, los muros de la de San Pedro, así como vestigios de la de San Miguel enclavada en una roca, y de la Zarzuela.

Mención especial merecen sus numerosos peirones diseminados por el término, en general bien cuidados y algunos de propiedad particular: Padre Selleras, Virgen de la Purísima Concepción y los Santos (Fabián y Sebastián).

En cuanto a monumentos civiles destacar los restos del castillo en la parte más alta del pueblo, apenas unos fragmentos de muralla y una torre hexagonal, quizás musulmana, descubierta en 1945 a raíz de las obras de la iglesia.

Hay dos casas solariegas con interesante rejería, galerías, aleros de madera, escudos y porte señorial. Había una tercera que desapareció recientemente para dar paso a una moderna construcción.

Existen varios relojes de sol.

Poco después de atravesar la ermita de la Langosta, el río Pancrudo recibe varios arroyos por ambos márgenes (San Miguel y Calderones, Padre Selleras, Pedro Chovas, etc.), además de numerosas ramblas que se activan tras las tormentas. Cerca de la localidad de Torre los Negros encontramos varias acequias que permiten la aparición de una amplia vega y algunos ingenios hidráulicos.

La arquitectura del agua es muy variada, pudiendo destacar varios edificios: el molino harinero, la chocolatería, varias fuentes, como la fuente del padre Selleras y la del fuente/lavadero el pueblo y, finalmente, la noria. Existen dos hermosos puentes relacionados con la carretera a Alcañiz: San Miguel y los Calderones.

Existe un inventario de patrimonio inmueble más amplio elaborado por el Centro de Estudios del Jiloca en el año 2006, que se puede consultar directamente online o solicitando un Dvd a la Comarca del Jiloca.

Ayuntamiento y Municipio. La administración local

El municipio tuvo su origen en la Reconquista, apareciendo citado por primera vez en el año 1205. Hasta el siglo XIX formó parte de la Comunidad de Aldeas de Daroca. En 1834 fue incorporado al partido judicial de Segura y de Montalbán, hasta que en 1965 se incorporó al de Calamocha. En el año 2003 se incorporó a la comarca del Jiloca.

El fondo documental siempre se ha guardado en el Archivo Municipal de Torre los Negros.

Lista de alcaldes de la localidad
Periodo Nombre del alcalde Partido político
1979–1983 Vicente Fraj Garcés UCD
1983–1987 Vicente Fraj Garcés PAR
1987–1991 Manuel Vicente Gambaro Gambaro AP
1991–1995 Francisco M. Juan Garcés PAR
1995–1999 Ignacio Abel Gambaro Sancho PP
1999–2003 Ignacio Abel Gambaro Sancho PP
2003–2007 Pascual Garcés Nogues PSOE
2007–2011 Juan José Garcés Miguel PP
2011–2015 Juan José Garcés Miguel PP
2015–2019 Manuel Agustín Gambaro Royo PAR
2019–2023 Manuel Agustín Gambaro Royo PP

Además del Ayuntamiento, podemos destacar otras instituciones públicas:

El Asociacionismo. La religión y la sociedad civil

Como sucede en el mundo rural y, especialmente, en los pequeños pueblos, la mayor parte de las agrupaciones de vecinos tienen un carácter religioso: Hermandades, cofradías, etc. La asociación religiosa principal es Parroquia de la Asunción de Nuestra Señora, que agrupa a todos los fieles de la localidad. Sin embargo, a lo largo de la historia se podrían destacar otras:

A partir de la Constitución de 1978, una vez consolidada la libertad de asociación y reunión, aparecieron varias Asociaciones Culturales:

Linajes y personajes

  • Pedro de Apaolaza y Ramírez, nacido en Moyuela en 1567 ejerció de rector en la iglesia de Torrelosnegros durante muchos años, fue autor de varias obras de carácter religioso y llegó a obispo de Zaragoza. Murió en 1643.
  • Fr. Andrés Jaime Hernández, nacido en 1741 que fue prior de dominicos.
  • Fr. Pedro Andrés, agustino misionero en Filipinas.
  • Simón de Torrelosnegros, misionero capuchino que desarrolló una gran labor apostólica en Venezuela durante buena parte del siglo XVIII, fue prefecto de la orden en 1780 y falleció diez años después.

Pasando ya a personajes de más reciente memoria, tenemos a

  • Lorenzo Moliner, con el grado de coronel llegó a ser gobernador de Teruel, y gustaba de pasar largas temporadas en Torrelosnegros.
  • El maestro Melchor Vicente.
  • Sor Francisca Garcés Laencina, de las oblatas del Santísimo Redentor que vivió en los conventos de Santiago de Compostela, Alacuás y Zaragoza.
  • Joaquín Campos Fernández, maestro que a sus noventa años sigue enviando desde Granada sus habituales colaboraciones a Gileta.
  • La doctora Rosario Domingo Sebastián, profesora titular de Química en la Facultad de la Universidad de Valencia, autora de numerosos trabajos de investigación y directora de varias tesis doctorales.
  • Antonio Gimeno Gracia, erudito investigador y gran dibujante;

Fiestas y costumbres

Rondalla. Torre los Negros

En la localidad se han conservado numerosas celebraciones religiosas, tanto de invierno como de verano, aunque con el paso del tiempo algunas ya han desaparecido.

  • Las hogueras se celebraban en tres ocasiones al año: Santa Bárbara, Santa Lucía y San Antón. A éstas se sumaban las dos de las víspera de las fiestas de invierno (la del Padre Selleras y la de los santos). Para San Blas y Santa Águeda se hacían muchas tortas y dulces, para la Virgen de la Candelaria se bendecían finas y adornadas velas además de comer roscones remojados con mistela.
  • En febrero tenían lugar los carnavales en los que intervenía el Señero quien, con la cabeza cubierta y un tizón encendido perseguía y quemaba a los que pillaba en las carreras, sobre todo a los forasteros.
  • Importante era la fiesta de la Santa Cruz el 3 de mayo, sonaban todas las campanas y se suspendían todas las tareas del campo para bendecir el término desde el peirón de San Vicente. El tio Joaquín, el sacristán, tocaba las campanas que sonaban con el estribillo: "Tantananublo, el cielo está nublo; las eras de Cutanda, llenas de agua". Ese mismo día se bendecían unos ramos que se colocaban en los campos para protegerlos de tormentas y pedrisco. También ese día cambiaban los pastores y criados de casa.
  • Eran importantes las procesiones del Corpus Christi, de la Virgen de Agosto, en que había también baile y vaquillas, o la de San Pedro que festejaban sobre todo los pastores. También eran importantes las rogativas para pedir lluvia, que se hacían a los peirones de fuera del casco urbano, cantando las letanías en latín.
  • Para la Pascua florida, los mozos ponían el mayo en la plaza. En las procesiones de Semana Santa atronaban con fuerza las carraclas; para el Corpus Christi se cantaba misa solemne con sermón, pan bendito y procesión de comulgantes con autoridades, banderas y palio, se visitaban los cuatro altares que se acondicionaban con flores, colchas y otros adornos caseros en los barrios del Venerable, Solana, Horno y la Muela.
  • Para Todos Santos de colocaba un tumbo o cajón en la iglesia, cubierto con una tela negra y junto a él dos sillas de las que colgaban sendas talegas en las que la gente echaba trigo para alumbrar a las almas durante el año. Esa noche las campanas tocaban a muertos, dicen que para espantarlos.

Pesonajes destacados dentro del ciclo festivo de Torre los Negros eran los mayordomos y mayordomas, encargados de multitud de tareas relacionadas con las diferentes fiestas y procesiones que se hacían a lo largo del año.

En los días festivos a la salida de misa era costumbre antaño jugar en el trinquete a la pelota, tirar el barrón debajo del puente del Alterón, jugar a la gayola, las hachas o la zorra, y por la tarde el baile popular del pasatrés.

En lo que respecta a la música popular, según aparece recogido en el Archivo de música popular de ADRI, hay algún músico del pueblo, como nuestro informante Narciso Luna, y se ha recuperado la tradición del baile de La Zorra, emparentado con el Pasatrés de Godos. Entre 1900-1930 hubo una banda en el pueblo. Lorenzo Lidón, abuelo del informante del mismo nombre, tocaba el clarinete. Román Nogués (n. 1920) era uno de los músicos con nota del pueblo, y enseñó música a varios vecinos. La ronda y el baile se hacían con guitarra y laúd, y aún se hacen rondas ocasionalmente.

Romerías y cofradías

Repasando la obra de Mª José Casaus sobre los fondos de Torrelosnegros en el Archivo Diocesano de Teruel, vemos que allí se guardan los Libros Sacramentales de la parroquia desde 1536 a 1949, así como los libros de las cofradías del Dulcísimo Nombre de Jesús, cuyos estatutos fundacionales son de 1577 y están anotados hasta 1883, y la del Santísimo Rosario entre 1731 y 1930.

Más antigua es la documentación que se guarda del Santuario y Cofradía de Nuestra Señora de la Langosta, nada menos que desde el 1124. Perteneció al término de Villagarda, antiguo poblado desaparecido a mediados del siglo XIV; hoy depende de Corbatón. Desde Torrelosnegros se ha ido al santuario numerosas veces en rogativas pidiendo lluvia que, según creencia popular, eran casi siempre atendidas.

En la actualidad hacen dos romerías anuales, una el primer domingo de junio y la del Sitio en octubre, se trata de la romería a la Virgen de la Langosta. Suelen ser concentraciones multitudinarias pues a la vez asisten otros diez municipios de los alrededores, siempre coordinados por la Hermandad de la Virgen de la Langosta.

Hasta la década de los sesenta todavía se efectuaba una tercera romería el 10 de mayo, fiesta de la Sangre de Cristo también llamada de la Santa Espina.

Leyendas y anécdotas

  • Los milagros atribuidos al Venerable Selleras, las virtudes curativas del agua de su fuente, así como las diversas tareas agrícolas de los torreros han dado lugar a numerosas anécdotas, curiosidades y sucedidos más o menos graciosos, como el de aquel pastor que en 1922 cuando estaban colocando el tendido eléctrico del pueblo, contemplaba sentado los trabajos y, cansado de esperar alguna novedad, regresó desilusionado a casa; al ver las bombillas encendidas exclamó incrédulo: "Pues, ¿cuándo han echao la luz si yo estoy mirando todo el rato y no la he visto pasar?"

Como era de esperar en lo religioso buena parte de las tradiciones y leyendas tienen que ver con el hijo venerable de la localidad, las virtudes curativas del agua de la fuente que él mismo hizo brotar junto a la rambla del pueblo, sobre todo en las enfermedades de la piel, o el caso de cierto hombre a quien comiendo se le atravesó gravemente un hueso en la garganta, cuando estaba a punto de perecer ahogado se encomendó al P. Selleras y lo tragó de inmediato sin ningún problema.

  • Otra tiene que ver con el tío Casasola, el del mal genio que componía chispeantes y maliciosas cuartetas para coplas que residía en el barrio del Prado. Se cuenta que tras una fuerte tormenta, para asustar a su mujer se hizo pasar por muerto. Generosa, que así se llamaba ella, al verlo así comenzó a dar gritos desesperada llamando a sus vecinas que acudieron llorosas a velarle y rezar los correspondientes responsos. Se levantó de inmediato el presunto cadáver y expulsó de su casa a todas las mujeres llamándolas alcagüetas, mientras gritaba ufano: "¡Aún queda Casasola para tiempo!".
  • El tío Nuez es el protagonista de otra anécdota según la cual habría escondido un tesoro en la caseta de su nombre del barranco Gileta, a la que se llegaba por el sendero Pedro Chovas en el cruce de tres caminos. Al parecer no faltó quien cavó de lo lindo por allí buscando la tinaja del famoso tesoro. Igualmente se recuerda a dos hermanos mellizos de la familia Cebrián, pues existía la creencia de que tenían poderes especiales, y así en alguna ocasión demandaban chaquetas y otras prendas personales para colocarlas sobre caballerías y otros animales que padecían ciertas enfermedades del tipo de torzones.
  • Famosos eran los dichos o gozos de San Antonio que se rezan cuando se precisa su ayuda para buscar cosas perdidas, prevenir de males a los ganados o para dar gracias cuando se cumplen los deseos casamenteros de alguno.
  • La tía Bárbara era una fervorosa parroquiana que guardaba en su casa la imagen de la santa de su onomástica que había recogido de un peirón caído durante una pedregada. Sentía por la misma una gran devoción y tenía la costumbre de sacarla al medio del camino cuando alguna tormenta grave amenazaba el término; al objeto de ahuyentarla rezaba ciertas oraciones mientras le daba la vuelta a un pan redondo y hacía la señal de la cruz en la parte posterior del mismo.
  • Tratando de climatología recordar los nombres con que eran conocidos los vientos más frecuentes que soplan en la zona, desde el solano o tortosino, pasando por el norte, cierzo, cierzo moreno, regañón, castellano, bochorno, de arriba, matacabras, etc.
  • Recordar por último la creencia popular de que Torrelosnegros es de origen árabe, y que bajo las edificaciones actuales se encuentra la primitiva ciudad mahometana. Al menos así lo recuerda la coplilla siguiente: "La calle señora, / está hueca como caña, / la ahuecaron los moros / cuando vinieron a España".

Enlaces externos

Bibliografía

  • Vallespi, Enrique J. (1958): ``Sobre los conjuntos líticos de Torre los Negros del Museo Provincial de Teruel.´´. Teruel, Teruel, 20, pág. 121-143 [Texto completo]