Río Jiloca

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El río Jiloca nace en la fuente de Cella (1.023 m) y desemboca en el río Jalón, a su paso por Calatayud (534 m), tras recorrer 126 km. y atravesar numerosos términos municipales: Cella, Villarquemado, Santa Eulalia del Campo, Torrelacárcel, Torremocha, Alba, Villafranca del Campo, Monreal del Campo, Torrijo del Campo, Caminreal, Fuentes Claras, El Poyo del Cid, Calamocha, Luco de Jiloca, Burbáguena, Báguena, San Martín del Río, Villanueva de Jiloca, Daroca, Manchones, Murero, Villafeliche, Montón, Fuentes de Jiloca, Morata de Jiloca, Velilla de Jiloca, Maluenda, Paracuellos de Jiloca y Calatayud.

Estas localidades ribereñas forman una interesante Ruta del agua muy turística. No se puede ignorar que el valle del Jiloca ha sido desde la antigüedad una vía de comunicación entre la Meseta, el Valle del Ebro y Levante. De ello dan fe los numerosos puentes, algunos de fábrica romana, como el de Luco de Jiloca. Hay que recordar que por esta ruta pasó el Cid camino de Valencia y por el Valle del Jiloca llevaron los cristianos a cabo su expansión hacia el sur, dejando como testimonio el mudéjar.


Régimen hidrológico

El Jiloca es uno de los ríos más singulares de Aragón. Gran parte de su caudal tiene origen subterráneo, ya sea en la Fuente artesiana (Cella) o en los numerosos Ojos del Jiloca, situados en los llanos de Monreal del Campo, Caminreal y Fuentes Claras. Los ojos son surgencias de los acuíferos que encierran los suelos calizos de la cuenca alta del Jiloca, otorgando cierta regularidad al caudal.

Pero también son muy importantes las aportaciones de aguas superficiales que provocarán las grandes oscilaciones que se observa en su caudal hidrológico. Destaca sobre todo su principal afluente, el río Pancrudo, aunque no podemos olvidar los numerosos arroyos y ramblas que recogen todo el agua superficial del valle del Jiloca.

La climatología y las ramblas aportan otra de sus principales características. Nos encontramos con un clima mediterráneo influenciado por rasgos continentales, con precipitaciones concentradas en los equinocios (primavera y otoño), y veranos e inviernos bastantes secos. No obstante, en verano se producen algunas tormentas muy violentas que pueden provocar rápidos crecimientos del caudal y desbordamientos.

Las ramblas son el mejor testimonio de esta peculiar climatología. Se trata de barrancos de fondo plano y perfil en artesa, muy numerosos en el tramo medio del río, cuyos cauces están secos la mayor parte del año, pero que se activan violentamente con las lluvias de verano, generando las famosas "arrambladas".

Los arroyos y ramblas más importantes en el tramo medio y alto del valle del Jiloca, recogiendo las aguas superficiales de la Sierra de Albarracín, Sierra Menera y Sierra Palomera, son los siguientes: Arroyo de Mierla, Peña Celda, Molino, Ramón, Villarrosano, Raboseros, La Virgen, Frontón, Peña Blanca, El Pozo, El Ramblón y Hoz.

Este régimen hídrico permite mantener un caudal más o menos regular a lo largo del año, aunque en verano se puede secar algún tramo del río Jiloca en su parte más baja (entre Villafeliche y Paracuellos).

Terrazgos agrícolas

En la vega del Jiloca, por la geomorfología de las terrazas fluviales, los desbordamientos del río y las avenidas de las ramblas, se distinguen dos tipos de terrazgos agrícolas muy diferentes: las tierras altas y tierras bajas.

  • Las tierras bajas

Constituyen la terraza fluvial más baja, propensa a inundarse con las crecidas del río. La tierra suele ser de baja calida, predominando los limos y las arenas, con mucha humedad y frio. Las arrambladas suelen depositar en estas terrazas los materiales de arrastre, subiendo los niveles Sus cultivos son los más pobres, con unas cosechas con grandes oscilaciones interanuales. Los frutales suelen pudrirse con facilidad, exceptuando el manzano que resiste bastante bien la humedad. Tradicionalmente, estas tierras estaban ocupadas por sotos y prados comunales, viejos olmos y praderas destinadas al pastoreo. En los últimos siglos han sido paulatinamente roturadas, provocando un aumento considerable de la vega cultivada.

  • Las tierras altas

Son las tierras más prosperas y extensas, ubicadas en el nivel superior de las terrazas fluviales. Suelen marcar el límite superior del regadío, acogiendo a las acequias más altas.


Inundaciones

Las inundaciones generales del valle del Jiloca, producto de la acción conjunta de las ramblas, el río Pancrudo y la crecida del río Jiloca, han sido también frecuentes. Todos los pueblos del valle del Jiloca han sufrido numerosos inundaciones desastrosas y pérdidas generales de la cosecha, acompañada a veces de pobreza y hambruna. Se han producido graves inundaciones en los años 1551, 1575, 1711, 1854, 1865, 1877, 1902 y 1915.

En agosto de 1902 el pueblo de Villanueva de Jiloca se inundó a causa de la acción convinada de la rambla de Valdeviñas y del río Jiloca, destrozando 39 casas. En Manchones la rambla de El Sebo creó bastantes destrozos en julio de 1908.